Las altas temperaturas que ha traído la segunda ola de calor que experimenta el país pueden provocar riesgos para la salud, como pueden ser los golpes de calor e insolación en la población.
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Aunque los conceptos podrían parecer para muchos sinónimos, en realidad existen diferencias entre los golpes de calor y la insolación, por lo que se debe estar atento ante la aparición de cualquier síntoma de ellos.
Debido a que las temperaturas pueden llegar a superar los 35 grados Celsius o más de los 40 grados Celsius en zonas donde esta intensidad del calor es atípica, puede provocar que el cuerpo no encuentre la forma de regular su propia temperatura y con ello llegan las complicaciones.
A causa de la deforestación como de la contaminación, en varias ciudades el calor puede llegar a sentirse con mayor intensidad, especialmente por las tardes, que es donde mayor atención se debe de poner, y por lo que debes conocer más sobre los golpes de calor y la insolación.
¿Cuáles son las diferencias entre golpe de calor e insolación?
Tanto los golpes de calor como la insolación son problemas de salud provocados a causa de la exposición a altas temperaturas. Una se puede decir que es complementaria de la otra ya que es uno de sus síntomas, al ser los golpes de calor algo más fuerte.
De esta forma, se entiende como insolación a un leve golpe de calor que se produce por la exposición directa al Sol y donde se pueden presentar síntomas como malestar corporal, deshidratación y quemaduras en la piel.
Al ser más leve suele resolverse con medidas como hidratarse correctamente, refrescarse o el buscar un lugar fresco y sombreado donde el cuerpo pueda volver a regular su temperatura. En ocasiones puede estar acompañado de otros síntomas como respiración acelerada, calambres o sudoración abundante.
Mientras que, los golpes de calor suelen ser más intensos e incluso mortales para quienes lo padecen. Estos ocurren cuando el cuerpo deja de mantener su temperatura regular de 37 grados Celsius y llega a los 40 o más grados, por lo que se le considera una emergencia médica.
En cuanto a los síntomas del golpe de calor se encuentra la piel caliente, roja y seca, el pulso rápido y débil, estado de confusión o pérdida del conocimiento, convulsiones, náuseas, mareos, respiración agitada y superficial, así como sudoración excesiva.
Aquellos que son más vulnerables a sufrir de un golpe de calor son: las niñas y niños menores de seis años, los adultos mayores de 65 años, las personas con sobrepeso, que presentan algún estado de deshidratación, problemas en las glándulas sudoríparas, enfermedades de corazón, aquellas bajo algún tratamiento médico o que consumen alcohol.
Las recomendaciones para protegerte ante la insolación o los golpes de calor son:
- Evitar asolearse entre las 11:00 a 16:00 horas.
- Vestir ropa suelta de colores claros y manga larga.
- No realizar actividades físicas intensas bajo el Sol.
- Tomar agua simple, aunque no se tenga sed.
- Comer alimentos frescos, frutas y verduras.
- Permanecer en la sombra y en lugares frescos.
- Usar protector solar con mínimo F15.
- Utilizar lentes de Sol, gorra o sombrero.
- Evitar consumir bebidas alcohólicas.
- Si se conduce o viaje en automóvil, evitar permanecer con las ventanillas cerradas.