Sin importar si nuestros padres son divorciados o no, todos merecemos una vida plena y feliz. Así que, el hecho de que tus padres se hayan divorciados, no significa que estés condenado a tener un matrimonio igual al de ellos, al contrario, puedes aprender de la experiencia para alejar conductas indeseables de tu vida.
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La aceleración de los tiempos en que vivimos es mayor a la capacidad que tenemos para asimilarlos. Esto impacta nuestra estabilidad y se comienza a vivir la confusión entre lo que es amor y carencia emocional, o entre la sexualidad consciente con amor, o la pasión de lo que es deseo sexual que la mayoría de las veces se confunde con amor. En todo caso se confunde la libertad con la falta de compromiso en un matrimonio.
Los hijos de padres divorciados, sí pueden lograr la felicidad y un matrimonio estable. Pero para ello, primero deben aprender a amarse a sí mismo, a comprometerse consigo mismo y a tomar las riendas de su vida.
¿Cómo lograrlo? Haciendo lo que debes de hacer, por ejemplo, buscar modelos de parejas asertivas en lecturas o libros de autoayuda y aprender de ellos, además de tomar psicoterapia; de esta forma trascenderás el juicio de tus propios padres y comprenderás que, el simple hecho de estar en este mundo, te hace merecedor de una vida plena.
Una buena relación implica mucho trabajo duro, personal y en conjunto, para hacerlo funcionar. Principalmente, hay que tener la voluntad consciente de estar con esa persona. Recuerda que la confianza, respeto, paciencia, amor y compasión, son la clave de un matrimonio exitoso, seas hijo o no de padres divorciados.
Hijos de padres divorciados no siempre repiten patrones
La creencia de que los hijos de padres divorciados son más propensos a terminar sus matrimonios es un mito, porque muchos hijos de matrimonios consolidados terminan divorciados y, de la misma forma, hijos de papás divorciados, llegan a tener matrimonios estables.
La familia determina en gran medida la forma en como afrontamos la vida y el matrimonio, e incluso, en muchas ocasiones, los hijos de padres divorciados siente preocupación de cómo la relación de sus padres afectará su matrimonio, porque sí, efectivamente, las posibilidades de éxito o fracaso de un matrimonio dependen las experiencias vividas en el pasado.
Lo preocupante es que para muchas personas el divorcio es la forma más fácil de enfrentar una situación de conflicto en su vida en común con otra persona, en lugar de afrontarla, conciliar y llegar a acuerdos.
Puede ser que la inseguridad este siempre latente en estas personas y en lugar de mirar para adelante, a nivel subconsciente programan su mente con frases como “no merezco ser feliz”, o “yo no voy a repetir lo de mis padres”, entre otras.
Para evitar repetir este patrón, lo primero es estar consciente de lo que significa “ser pareja”. Segundo, trabajar los aspectos emocionales y psicoafectivos de sí mismos. Tercero, tener un propósito claro de vida, porque eso te permitirá saber con qué tipo de persona te quieres emparejar.
Identifica las conductas negativas y aléjalas de tu vida
En una generalidad los hijos de padres divorciados suelen aprender que el divorcio es la forma fácil de enfrenta una situación, precisamente por la confusión entre amor y sexo, entre libertad y compromiso, y entre autosuficiencia y madurez, por mencionar solo algunos aspectos.
Para identificar estos malos hábitos, antes de casarte deberías cuestionarse, en pareja, las razones que los podrían llevar a terminar en divorcio, y si realmente se sienten listos para enfrentar situaciones adversas con su pareja, entonces puede ser que están preparados para el matrimonio.
Los hijos de padres divorciados son conscientes de los malos hábitos porque los viven en carne propia, el asunto es echar una mirada hacia adentro para ver el efecto espejo de ellos con sus padres y viceversa, para eso es el trabajo interior.
Solo a través del trabajo interior, podrás reconocer los patrones de conducta negativos y alejarte de ellos. Después, debes estar seguro de realmente querer vivir una situación de pareja diferente a la que vivieron tus padres. También debes comprometerte contigo mismo para que haya un cambio, una transformación y un autoconocimiento que te lleve a tener una mejor proyección de vida. Por último, debes aprender a asumir la responsabilidad de tus acciones y decisiones, con todo y sus consecuencias.
Sí, el divorcio afecta y genera un trauma y conflicto en los hijos que no buscaron vivir esa situación. Pero como hijo “consciente” de padres divorciados debes decidir si aprendes de la crisis y le das dirección a tus emociones de forma asertiva, o evades y huyes del dolor, en este segundo panorama, los fantasmas de la afectación siempre te van a estar persiguiendo.
