Hace unos días se aprobó la iniciativa del presidente Andrés Manuel López Obrador de implementar de manera definitiva el ‘Horario de Dios’. El mandatario sostuvo que durante el periodo que no está activo se generan distintos daños en la salud, por eso considera que es necesario ya no cambiarlo una vez que entre en vigor.
El horario al que hizo referencia el líder del Ejecutivo es el de ‘Invierno’, que comenzará a partir del lunes 31 de octubre, por lo que el reloj tendrá que atrasarse una hora. De esta manera, es como ahora la puesta de sol llegará durante la 6 de la tarde, mientras que amanecerá más tarde en comparación a estos días, por lo que las 7 de la mañana todo estará completamente iluminado.
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De acuerdo con la reforma avalada recientemente, ya no se cambiarán de nuevo las manecillas en el mes de abril como había ocurrido desde hace 26 años. Esta decisión generó una serie de opiniones divididas entre la sociedad, pues hay quien está de acuerdo, pero un número importante de ciudadanos no. En cualquier caso, esto es lo que debes saber al respecto.
¿Cómo se medía el tiempo en México?
En la actualidad, el horario en una región se determina de acuerdo al meridiano 0 de Greenwich, sin embargo, en nuestro país no siempre fue así, ya que las primeras civilizaciones solían medir el tiempo de otra forma.
Según diferentes investigadores, durante el Imperio Mexica, los pobladores solían basarse en la posición de la Luna y Sol para indicar el tiempo, además, hacían uso de otros factores como los equinoccios, solsticios, así como el movimiento de Venus y Marte.
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De esta manera, precisaron que los días estaban divididos por diferentes figuras: desde lo que hoy se conoce como las doce horas de la noche hasta que salía el Sol que era regido por Iquiza Tonatiuh, luego, de la mañana hasta al mediodía se nombraba como Nepantla Tonatiuh, después, del mediodía al ocaso era Onaqui Tonatiuh y del ocaso a la medianoche era Youalnepantla.
Estas divisiones a su vez se fraccionaban en dos, lo que partía al día en ocho partes de tres horas cada una. A estas dos últimas divisiones se les llamaba Izteotl (aquí está el dios). Con el arribo de los conquistadores europeos esto cambió.
¿De dónde viene el 'Horario de Dios'?
Con el choque intercultural durante la conquista muchas cosas cambiaron, entre ellas la manera de medir el tiempo, pues los españoles tenían la idea de que eso también era sagrado, por lo que se adaptó otra forma.
Con el paso de los años, en México se determinó que la hora debería estar definida por los husos horarios denominados oficialmente Tiempo del Sureste, Tiempo del Centro, Tiempo del Pacífico y Tiempo del Noroeste. A partir de ellos viene el que se conoce como el horario de Dios, sin embargo, los especialistas en teología señalan que no tienen relación con la religión.
“En realidad es una manera popular de hablar, para dar a entender el orden natural del horario solar. No tiene que ver con el orden sobrenatural”, así lo explicó el Hugo Valdemar, sacerdote de la Arquidiócesis Primada de México.
Por su parte, en una entrevista para el medio especializado ACI Prensa, David Jasso, sacerdote de la Arquidiócesis de Monterrey, coincidió al mencionar que “sin duda es una forma popular de referirse. El tiempo de Dios al que se hace referencia seguramente es al tiempo convencional, al huso horario de esta región, pero no tiene la expresión una carga confesional o de fe”.
Comunidades originarias se rigen por el ‘Horario de Dios’
El 7 de abril de 1996, durante la administración de Ernesto Zedillo Ponce de León se implementó la estrategia de ajustar el reloj una hora dos veces al año, de esta forma se buscaba aprovechar más tiempo la luz del día para ahorrar electricidad, al igual que para coincidir en lo comercial con otras naciones.
Sin embargo, a pesar de que fue una decisión a nivel federal, algunos pueblos y comunidades indígenas no aceptaron la modificación, por lo que siempre se rigieron bajo el horario de dios o de invierno.
Este fue el caso de los tzotziles, en San Juan Chamula, Chiapas, que cuentan con un reloj solar esculpido en piedra, frente al templo principal, pues así ellos dejaron claro que jamás implantarían el de ‘verano’.
Dentro de esta entidad, ocurre algo similar en más de 25 mil comunidades originarias. En este caso, aunque los funcionarios y servidores públicos se ajustan las manecillas del reloj dos veces al año, en las escuelas, comercios e iglesias nunca se ha hecho la modificación.
Esto también ocurre en algunas regiones de Oaxaca, es decir, al sur de país. La gente que habita estos lugares puede hacerlo debido a “los usos y costumbres”, que es una figura legal en donde se les da autonomía a las comunidades indígenas.