El Parkinson es una enfermedad neurológica crónica y progresiva que afecta principalmente a las personas mayores. Se caracteriza por la degeneración de las células nerviosas en una parte del cerebro, lo que provoca una disminución en la producción de dopamina, un elemento esencial para el control del movimiento.

Los síntomas principales incluyen temblores en las manos, rigidez muscular, lentitud en los movimientos y problemas de equilibrio. Este padecimiento tiene un impacto significativo en la vida diaria, haciendo que tareas cotidianas, como vestirse, comer o caminar, se vuelvan cada vez más difíciles a medida que avanza, según reportó la Clínica Mayo.

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Fue así como la joven empresaria Lily Born decidió hacer algo para ayudar a su abuelo, quien no podía realizar tareas cotidianas como tomar café o cualquier otra bebida, ya que los movimientos involuntarios de sus manos provocaban que se derramara todo el líquido, dejando su ropa manchada.

¿Cómo nació esta idea?

Lily indicó a través de su sitio web que todo comenzó cuando tenía 8 años, ya que en ese momento notó todos los problemas que tenía su abuelo, en especial cuando quería utilizar una taza. Esto la inspiró a encontrar una solución.

Así fue como creó el prototipo de un recipiente al que llamó Kangaroo Cup, una taza con tres asas diseñadas para mantener todo el líquido en su interior. Primero la hizo con plástico moldeable, luego con arcilla en un taller de cerámica, hasta que finalmente seleccionó un material más resistente.

Cuando cumplió 16 años, logró vender decenas de piezas alrededor del mundo. Este logro captó la atención de los medios locales, que se interesaron por conocer más acerca de su historia y cómo alcanzó el éxito a una corta edad.

El portal Business Insider la nombró como una de las 11 jóvenes más sobresalientes en la tecnología. Además, Mochi la incluyó en la lista de las "25 personas que están cambiando el juego antes de los 25 años".

¿Cómo funciona?

Estas tazas fueron diseñadas con tres patas, una de las cuales sirve como la base principal que da soporte a toda la estructura, mientras que el resto de las asas ayudan a reducir las posibilidades de que la taza se vuelque.

De esta manera, cuando alguien la mueve involuntariamente, todo el contenido se mantiene en su interior gracias a la estabilidad que proporciona. Esta idea ha permitido que Lily obtenga grandes ganancias mientras ayuda a su abuelo.

Para comercializar la Kangaroo Cup, la joven emprendedora creó la compañía Imagiroo, que cuenta con una página web donde se encuentra toda la información relacionada con este exitoso producto, conocido a nivel global.

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“Lo que más me encanta son los aspectos de diseño, creación de prototipos y marketing de mi negocio, y cuando no estoy trabajando en la promoción de tazas y pensando en otras formas de hacer la vida más sencilla, realmente disfruto actuar, cantar, garabatear y acurrucarme con pequeñas criaturas peludas”, indicó en su perfil de LinkedIn.