7Josefa Feitosa tomó la decisión más importante de su vida para cumplir el sueño que muchos probablemente han tenido alguna vez y decidió dejarlo todo para conocer el mundo. Cuando estaba por cumplir 60 años le dio un giro a la vida tradicional de cualquier adulto mayor para emprender nuevas aventuras.
En vez de cuidar niños, realizar labores de casa y de ves de ver todos los días a sus hijo, emprendió un viaje que la llevó a conocer diferentes países de Europa y África, principalmente. Pasó de sufrir por temas sobre qué hacer de comer mañana o a qué hora cumplir los deberes, a preocuparse por qué las hojas en su pasaporte comenzaban a terminarse.
¿CÓMO COMENZÓ SU HISTORIA?
Hasta 2016 su vida era una más de las tantas que ocurrían en Brasil. Se desempeñaba como trabajadora social dentro del sistema penitenciario de Caerá, donde se encargaba de temas como la defensa de las mujeres transexuales.
La situación no era sencilla porque vivía rodeada de amenazas por su trabajo y en lo personal, las cosas tampoco eran buenas al ser divorciada tras vivir una relación muy conflictiva. Durante su tiempo de trabajo en prisión, pudo conocer a las más importantes facciones de criminales, pero logró trasladar a varios reclusos a pabellones más tranquilos donde pudieron ser ellos mismos sin consecuencias.
Tenía tres hijos y un nieto a los que cuidar, pero, la llegada de su jubilación le abrió un nuevo panorama. Sin pensarlo informó a su familia que había tomado la decisión de cumplir su más grande sueño, viajar por el mundo. El plan era visitar al menos 40 países de África, Asia y Europa.
Para lograr su meta, sus esfuerzos comenzaron desde 2008 cuando inició un pequeño ahorro, pero sin contarle a nadie. Uno de los mayores pasos lo dio en 2015 cuando decidió no tener ningún lujo, por lo que ya no salía los fines de semana y gastaba lo mínimo en restaurantes, salones de belleza, ropa y en otras cosas.
Finalmente, decidió vender todas sus propiedades, desde su casa, sus muebles hasta su ropa. Todo esto juntado a su jubilación le permitieron una mayor estabilidad para lograr sus metas.
“Después de criar tres hijos, donar sangre, sudor y lágrimas por un trabajo estresante y mal renumerado, relación sin respeto, reciprocidad y el trueque, decidí darme placer y alegría”, comentó Josefa, o Jo como le dicen sus conocidos al portal BBC de Brasil. “Hay mucha vida fuera de esta pequeña caja que llaman hogar. La abuela no fue hecha para cuidar a su nieto”.
Antes de marcharse hacia el mundo, se dio la oportunidad de conocer más de su país, llegando a la zona de Pará para recorrer en bote Manaus y conocer la Amazonía, en donde pasó 10 días.
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EUROPA SU PRIMER DESTINO
La primera vía para conocer el mundo se dio gracias a su trabajo, debido a que en 2017 fue invitada a presentar lo que había logrado como trabajadora social en Portugal y España. Después de un tiempo en ambos países se dirigió a Irlanda, en donde tomó cursos de inglés para poder comunicarse mejor y lograr establecerse mejor en el continente.
Junto a su jubilación, Josefa se dedicaba a ser niñera para acumular un poco de dinero antes de ir a otro país. Posteriormente, tuvo la oportunidad de conocer Escocia, Bélgica, Holanda, Italia y Suiza, donde estuvo por temporadas cortas y llenándose de experiencias.
UNA ÚLTIMA PARADA ANTES DE CONOCER EL RESTO
Para marzo de 2018 decidió regresar a Brasil solo para poner en regla algunos asuntos y regresar a los aviones de viaje. Su nuevo destino fue Sudáfrica para comenzar su temporada en el continente africano en donde visitó países como Camboya, Egipto, Israel, India, Kenia, Laos, Nepal, Ruanda y Uganda.
La última parada en esta nueva etapa fue Vietnam, en todos los países aprendiendo tanto de la cultura como de las tradiciones, siempre conectando con las personas. Sus hijos señalaron que solo recibían noticias de ella como que había conocido a una mujer del Congo que hablaba portugués y que la ayudó en varias zonas.
Además, conoció a diferentes personas que colaboraban en misiones comunitarias, debido a que la mayoría de sus viajes los hizo como mochilera, durmiendo en hostales o en habitaciones compartidas y durmiendo en campamentos junto al Mar Muerto. Esto no significa que no tuvo algunos cuantos lujos, ya que también pudo hospedarse en grandes hoteles.
Su regreso a Brasil se dio a mediados de 2019, no sin antes visitar lugares como Malasia, Singapur o las Filipinas, aunque su intención era hacer una pequeña parada sus viajes se volvieron más intermitentes. Debido a que su historia se volvió popular, fue invitada a diversos programas de televisión, entrevistas y a dar conferencias relatando su historia.
Con la llegada de la pandemia otros problemas se presentaron, por lo que se dedicó más a viajar dentro de Brasil como a mantenerse por largos periodos en Chapada Diamantina, zona en Bahía que es su favorita por su extraordinaria naturaleza.
Hizo su regreso después de varios años a Fortaleza, de donde es originaria, por lo que publicó en sus redes sociales algunas imágenes con ella de joven y otros recortes de años antes de comenzar su aventura por el mundo.
SUS CONSEJOS PARA LOS VIAJEROS
Dentro de las conferencias que tiene la oportunidad de dar, Josefa Feitosa no solo habla de la importancia de cumplir los sueños o de cómo vivir la vejez, también da consejos para quienes quieren vivir aventuras similares.
Como la mayoría no lo hace por cuestiones económicas, explicó cómo aprendió ahorrar y ser más controlada con sus gastos tanto en Brasil como en los países que visita. Al conocer un nuevo destino, ella siempre trata de acostumbrarse rápidamente al uso de la moneda local, por lo que investiga su tipo de cambio para ajustar sus gastos.
Sabe que, aunque la oportunidad de visitar un nuevo lugar debe aprovecharse al máximo, ha dicho que “no moriré” si no logra hacer todas las actividades turísticas. Realiza otros ahorros significativos al llevar su propio café molido, una jarra eléctrica para el agua, fideos instantáneos y se adaptó para vivir con una dieta principalmente de verduras sin carne.