No solo los rasgos físicos son heredados a los hijos, se demostró que la inteligencia también es un factor que viene de los padres, específicamente de la madre. Así lo han detallado los investigadores, al encontrar una clara relación entre las habilidades de aprendizaje de los niños y el coeficiente intelectual de sus mamás.
La revista Psychology Spot, publicó un artículo en el que se realizó una recopilación de los hallazgos más relevantes en materia de natalidad relacionados con la inteligencia de los infantes. Se explicó que a través de los años diversas instituciones han llegado a la misma conclusión. Descartando así los estereotipos de género que erróneamente señalan lo contrario.
- Te puede gustar: ¡Nos mintieron! Papás sí tienen hijos favoritos, ¿serás tú?
Los especialistas comentaron que por este motivo los padecimientos mentales son 30% más comunes en los varones, es decir, hay más hombres con autismo o déficit de atención que mujeres. Se indicó que con estos resultados se podrán trazar nuevos caminos pedagógicos para los niños.
El informe explica que esto se debe a genes condicionados que: “tienen una especie de etiqueta bioquímica que permite rastrear su origen e incluso revelar si están activos o no dentro de las células descendientes. Curiosamente, algunos de estos genes condicionados funcionan solo si provienen de la madre”, explicaron.
LA INTELIGENCIA ESTÁ RELACIONADA CON EL CROMOSOMA X
En la investigación más reciente que realizaron profesionales de la Universidad de Ulm en Alemania, se concluyó que las capacidades cognitivas y de aprendizaje están ubicadas en el cromosoma X, y que las mujeres tienen dos, por eso, es más probable que ellas transmitan más caracteres vinculados con los buenos procesos cerebrales.
Otro análisis hecho por la Unidad de Ciencias Sociales y de Salud Pública del Consejo de Investigación Médica en Glasgow, Escocia, estudió a 12 mil 686 individuos de 12 a 14 años desde 1994 para descubrir de dónde venía su inteligencia; entre los factores que revisaron estaban elementos como la etnia, educación o nivel socioeconómico, pero el que resaltó fue el coeficiente intelectual de la madre.
Expertos de la Universidad de Cambridge, hicieron una investigación en la que crearon embriones de ratas; en la primera fase formaron dos grupos, en el primero implantaron más genes de la madre y en el segundo del padre. El primer resultado fue que los animales crecieron de forma distinta:
“Aquellos con una dosis extra de genes maternos desarrollaron una cabeza y un cerebro más grandes, pero tenían cuerpos pequeños. Por el contrario, aquellos con una dosis extra de genes paternos tenían cerebros pequeños y cuerpos más grandes”.
Al revisar esta coincidencia, demostraron que durante los primeros meses de gestación las células de la madre se dirigen a la corteza cerebral, que es donde se forman las capacidades cognitivas más avanzadas; mientras que las del padre se van para el sistema límbico, que se encarga de velar por la supervivencia, alimentación y agresión. Al final los especialistas teorizaron que esto podría aplicar en la vida de otras especies, como la humana.
UN VÍNCULO SEGURO ESTÁ LIGADO A LA INTELIGENCIA
El artículo señala que la genética no es el único factor decisivo en la inteligencia de los niños, se ha comprobado que la relación que tienen las madres con sus pequeños se refleja en el desarrollo del aprendizaje.
De esta manera, se añadió que expertos de la Universidad de Minnesota, encontraron que los menores que tenían una buena relación con su mamá podían resolver juegos simbólicos complejos a la edad de dos años, además que demostraban ser más resistentes y tener mejor manejo de la frustración.
La atención que la progenitora entregue contribuirá a que su hijo sea más dedicado: “Esto porque un vínculo fuerte les da a los niños la seguridad necesaria para explorar el mundo y la confianza para resolver problemas sin desanimarse. Ellas tienden a brindar un mayor nivel de apoyo en la resolución de problemas, ayudando así a estimular aún más su potencial”, argumentaron.