El economista turco y académico del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés), Daron Acemoglu, expuso que las democracias globales están perdiendo fuerza frente a retos como la corrupción y la desigualdad. Señaló que México y Brasil son las potencias latinoamericanas pero evaluadas en desempeño democrático.
En la recta final del Festival de las Ideas (FID) 2023, que comenzó el jueves 9 de marzo y concluye hoy sábado 11 de marzo, el especialista financiero con residencia en Estados Unidos indicó que cada vez son menos las personas que creen en la democracia como instrumento de gestión política y social adecuado.
Precisó que la instauración de gobiernos democráticos funcionó durante el siglo pasado, pero se fueron debilitando a partir del año 2000. Aunque enfatizó en que existen varias razones, quizá las más significativas sean la pérdida de confianza en el sistema.
No obstante, Acemoglu hizo hincapié en que todavía es posible contrarrestar este efecto negativo, pues la idea de crear una “prosperidad compartida” debe ser el objetivo fundamental de los gobiernos. Lo anterior puede lograrse a través del robustecimiento de instituciones, pues actualmente muchas de ellas son endebles, opinó.
En el caso específico de México, el académico del MIT dio a conocer que la democracia creció alrededor de .50 puntos porcentuales, de 1950 al año 2000. No obstante, a partir de ese momento comenzó a tener retrocesos intermitentes.
En el resto de potencias económicas latinoamericanas se vivió un comportamiento similar, sin embargo, las más bajas fueron México y Brasil.
Enfatizó en que la nación mexicana ha tenido deficiencias en la repartición de su riqueza y poder, pues mucho del capital producido en el país todavía permanece en manos de una “élite muy pequeña”. Es por ello que Acemoglu consideró que las políticas públicas deben priorizar la participación ciudadana y crear un balance entre sociedad y Estado, pues, de lo contrario, la democracia sólo agudizará su riesgo de desaparecer.
“No puede continuar así, necesitamos una política de abajo hacia arriba”, defendió.
Desde su perspectiva, la crisis de este sistema de gobierno se debe principalmente a la desigualdad que se acentúa en las poblaciones, la globalización agresiva, la brecha de accesibilidad a las redes sociales e internet, así como la reprensión que es perpetrada por gobiernos autoritarios.
Finalmente, el profesor universitario resaltó que las democracias permiten, entre otras cosas, aumentar y distribuir las inversiones en los sectores educativos y de salud, que son algunos en los que se concentra mayor rezago en ocasiones. Aunado a ello, enfatizó en que el Producto Interno Bruto (PIB) de un país mejora considerablemente cuando una democracia se aplica de forma justa y equitativa.