/ viernes 17 de julio de 2020

"Mi propia abuela me criticaba, me decía que era una cosa tan fea": tatuadora

Rebeca y Marco, del Cartel del Mappa Tatto Estudio, cuentan cómo ha cambiado la visión del mundo sobre la aguja y la tinta

Se alejaron de los convencionalismos por atender el llamado de su vocación: entintar pieles de extraños, “dejándoles a éstos una obra de arte para toda la vida”. Así es como Rebeca Escalante y Marco Oliver, una pareja de tatuadores de Puebla, valoran su trabajo cada vez menos mal visto por la sociedad, pero donde aún hay muchas barreras por superar.

Rebeca ha reclamado su lugar en la escena a base de diseños realistas y poco habituales, redefiniendo el papel de la mujer en un mundo relacionado de forma común con los hombres desde que el tatuaje viajara por todo el planeta y se diera a conocer en masa gracias a los marineros.

“Cuando empecé en esto me costó bastante que la gente volteara a ver mi trabajo porque decían, ‘cómo una mujer va a desempeñar una actividad de hombres’.

Foto: Iván Venegas | El Sol de Puebla

Pero el trabajo, lágrimas y el apoyo de Marco al insistirme en no desistir, han sido claves para que se me tome en serio”, explica la artista de la tinta y la aguja con 50 mil seguidores hoy en su Fan Page de Facebook.

“Mi propia abuela me criticaba y me decía que cómo era posible que me dedicara a una cosa tan fea. Pero un día la tuve en el estudio y se dio cuenta de lo que hacía y me felicitó diciéndome que estaba muy bonito”, agrega.

El evento de la abuela muestra la posibilidad de la sociedad para cambiar ante los prejuicios, reconociendo de paso la labor de Rebeca y otras féminas dentro de la cultura del tatuaje en México, donde “lento, pero seguro” se comienza a ver con mayor naturalidad que una mujer entinte o que una enfermera, abogado o político opten por un grabado en la piel para recordar a una persona o un acontecimiento.

Foto: Iván Venegas | El Sol de Puebla

“Los tatuajes a menudo se relacionan con presidiarios. Pero eso ha ido cambiando, y si bien hay personas que aún te ven con extrañeza por todo lo que llevas en la piel; hay quien se te acerca y pregunta dónde te realizaste tal o cual diseño”, comenta Marco.

A decir del esposo de Rebeca, el tatuaje gana adeptos gracias a la necesidad de las personas por sentirse distintas o únicas.

Esto obliga a los tatuadores a lucirse con los diseños, haciendo gala de diversas técnicas porque “al final no es un dibujo en papel que puedes borrar si te equivocas; es una responsabilidad porque trabajas con la piel de una persona que confía en ti y que por esa misma razón te obliga a dar lo mejor para estar lo más cercano al arte”, remata.

Si bien grabar la piel no deja de ser un evento extraordinario para quien lo realiza, es una práctica cada vez más acostumbrada, común y satisfactoria entre artistas o gustosos de lucir el cuero como un lienzo, a grado tal de instaurar y celebrar el 17 de julio de cada año El Día del Tatuaje, en México y los Estados Unidos.

  • Los tatuajes más antiguos de la historia datan de 5 mil años, ubicándose en la piel de unas momias egipcias
  • 250 Pesos hasta más de 2 mil, es el costo que alcanza un tatuaje, dependiendo del grado de complejidad del diseño, tintas y técnica

Foto: Iván Venegas | El Sol de Puebla

Al final no es un dibujo en papel que puedes borrar si te equivocas; es una responsabilidad porque trabajas con la piel de una persona que confía en ti y que por esa misma razón te obliga a dar lo mejor para estar lo más cercano al arte

Marco Oliver, tatuador


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Se alejaron de los convencionalismos por atender el llamado de su vocación: entintar pieles de extraños, “dejándoles a éstos una obra de arte para toda la vida”. Así es como Rebeca Escalante y Marco Oliver, una pareja de tatuadores de Puebla, valoran su trabajo cada vez menos mal visto por la sociedad, pero donde aún hay muchas barreras por superar.

Rebeca ha reclamado su lugar en la escena a base de diseños realistas y poco habituales, redefiniendo el papel de la mujer en un mundo relacionado de forma común con los hombres desde que el tatuaje viajara por todo el planeta y se diera a conocer en masa gracias a los marineros.

“Cuando empecé en esto me costó bastante que la gente volteara a ver mi trabajo porque decían, ‘cómo una mujer va a desempeñar una actividad de hombres’.

Foto: Iván Venegas | El Sol de Puebla

Pero el trabajo, lágrimas y el apoyo de Marco al insistirme en no desistir, han sido claves para que se me tome en serio”, explica la artista de la tinta y la aguja con 50 mil seguidores hoy en su Fan Page de Facebook.

“Mi propia abuela me criticaba y me decía que cómo era posible que me dedicara a una cosa tan fea. Pero un día la tuve en el estudio y se dio cuenta de lo que hacía y me felicitó diciéndome que estaba muy bonito”, agrega.

El evento de la abuela muestra la posibilidad de la sociedad para cambiar ante los prejuicios, reconociendo de paso la labor de Rebeca y otras féminas dentro de la cultura del tatuaje en México, donde “lento, pero seguro” se comienza a ver con mayor naturalidad que una mujer entinte o que una enfermera, abogado o político opten por un grabado en la piel para recordar a una persona o un acontecimiento.

Foto: Iván Venegas | El Sol de Puebla

“Los tatuajes a menudo se relacionan con presidiarios. Pero eso ha ido cambiando, y si bien hay personas que aún te ven con extrañeza por todo lo que llevas en la piel; hay quien se te acerca y pregunta dónde te realizaste tal o cual diseño”, comenta Marco.

A decir del esposo de Rebeca, el tatuaje gana adeptos gracias a la necesidad de las personas por sentirse distintas o únicas.

Esto obliga a los tatuadores a lucirse con los diseños, haciendo gala de diversas técnicas porque “al final no es un dibujo en papel que puedes borrar si te equivocas; es una responsabilidad porque trabajas con la piel de una persona que confía en ti y que por esa misma razón te obliga a dar lo mejor para estar lo más cercano al arte”, remata.

Si bien grabar la piel no deja de ser un evento extraordinario para quien lo realiza, es una práctica cada vez más acostumbrada, común y satisfactoria entre artistas o gustosos de lucir el cuero como un lienzo, a grado tal de instaurar y celebrar el 17 de julio de cada año El Día del Tatuaje, en México y los Estados Unidos.

  • Los tatuajes más antiguos de la historia datan de 5 mil años, ubicándose en la piel de unas momias egipcias
  • 250 Pesos hasta más de 2 mil, es el costo que alcanza un tatuaje, dependiendo del grado de complejidad del diseño, tintas y técnica

Foto: Iván Venegas | El Sol de Puebla

Al final no es un dibujo en papel que puedes borrar si te equivocas; es una responsabilidad porque trabajas con la piel de una persona que confía en ti y que por esa misma razón te obliga a dar lo mejor para estar lo más cercano al arte

Marco Oliver, tatuador


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