Con la época de Semana Santa el consumo de mariscos se vuelve mayor al realizar muchas personas la cuaresma y preferir estos productos del mar, pero a la par están por llegar los meses en donde muchos aseguran que su consumo no es apropiado.
Dentro de los mitos que existen sobre los mariscos hay quienes aseguran que los meses que no tienen la letra “r” en su nombre son aquellos donde no es recomendable consumirlos. Pero, ¿qué tan cierto esto?, será cierto que en el verano lo mejor es no incluir los mariscos en nuestra dieta.
¿CÓMO NACIÓ ESTE DICHO?
Todo el mito nació de un dicho que se popularizó en los años 30 o 40 en la región de Galicia, España y que dice: “Los meses sin r, marisco no comas, ni marisco merques”, por lo que muchos comenzaron a seguirlo y no compraban productos del mar entre los meses de mayo y agosto en el verano.
Las explicaciones sobre la frase entonces llegan al saber que en aquellos años el sistema de refrigeración todavía no tenía la tecnología actual, por lo que la conservación de alimentos se mantenía como algo complicado.
En el caso de los pescados el riesgo era mucho mayor, ya que solo un par de horas podía mantenerse fresco antes de que su acelerada composición provocara que el producto ya no fuera posible vender al público y que el riesgo de salud por su consumo fuera muy elevado.
Otro de los motivos por los que este dicho alcanzó popularidad se debe a que una gran cantidad de especies tienen en el verano su ciclo reproductivo. Es común que en el verano las autoridades incluso impongan restricciones para la pesca o la venta de ciertas especies.
Esto se debe a que respetar sus ciclos reproductivos ayuda a la conservación de las especies y que a estas se puedan comercializar y su venta se garantice de mejor forma. Aunque, esto no significa que todos los mariscos tengan su ciclo reproductivo durante el verano, en algunos casos es esta época donde su consumo es recomendable como son las almejas, mejillones y bogavantes, que es un tipo de crustáceo similar a la langosta.
Respecto a la temporada donde el consumo de los principales pescados es recomendable es la siguiente: En Primavera es época de cigalas, almejas y ostras; Verano: almejas, langosta, bogavantes, ostras y percebes; Otoño: bogavante, langosta, gambas, vieiras, entre otros; Invierno: nécoras, camarones, almejas y centollo.
Dentro de otros los motivos para el crecimiento del dicho se encuentran en que el verano suele ser la época en que la presencia de dinoflagelados se da con mayor frecuencia en aguas cálidas. Estos son pequeños organismos similares a las algas y que tienen como característica el producir una toxina conocida como ciguatoxina. Su consumo puede provocar una enfermedad llamada como ciguatera que puede provocar náuseas, diarrea, vómitos, dolor articular y muscular, adormecimiento y hormigueo en zonas como boca, pies y manos.
Los pescados que tienen estos organismos no pueden identificarse por su apariencia, sabor u olor, además de que no se elimina al congelar el producto, filetearlo o cocinarlo, de forma que no existe una prueba para su detección oportuna. En algunas zonas las especies más relacionadas a esta enfermedad son la barracuda, la caballa, el pez ballesta, el pargo y el mero, entre otros.
Esta enfermedad puede tratarse con un medicamento llamado Manitol si el diagnostico se realiza en los primeros 24 horas.
EL CONSUMO DE PESCADO EN LA ACTUALIDAD
Debido a que el dicho comenzó cuando no se contaba con la tecnología oportuna para la congelación y conservación de los mariscos, en la actualidad ya no es tan común que se diga y la refrigeración ya no es un problema tanto para vendedores como consumidores.
Respecto a las temporadas de reproducción, estas se respetan hasta la actualidad, pero se tiene un mejor control de su consumo y de otros productos para que los comercios ofrezcan variedad y las personas puedan disfrutar de los productos del mar en todo momento. Además, existen conservadores para mantener varios productos en cualquier época del año.
Como recomendaciones de consumo, las autoridades suelen emitir alertas cuando las condiciones del mar no son las idóneas para la pesca o si los productos pueden exponer un riesgo. Por ello, solo se podría decir que de mayo a agosto puede existir más peligro de intoxicación de consumir marisco, pero no una prohibición total.