Por mucho tiempo, en los diferentes lugares donde se desarrollan las niñas y los niños, se les enseña a obedecer, lo hacen solo para seguir órdenes, pero esto no garantiza que en otros espacios conserven estas actitudes.
Por eso es muy importantes trabajar con ellos la autodisciplina, esto les permitirá tener una mejor interacción social, que va más allá de recibir un permio o un castigo, consiste en darle las herramientas para que entiendan porqué deben tener cierta conducta.
Jenny Formon, catedrático y colaborador en Charlotte Montessori desde 1995, ha sido el encargado de realizar una introspección sobre este tema, donde después de analizar el comportamiento de varios estudiantes, pudo recomendar este método por su eficacia.
UN NIÑO OBEDIENTE
Un menor obediente intenta seguir las indicaciones que le está dando la persona encargada de él en ese momento; lo hace sin cuestionarse. Cuando lo aprende lo repite en este lugar, o al menos eso busca.
Sin embargo, Formon encontró que ellos no lo aterrizan en otras partes, lo adquirido solo se queda en el lugar de origen, ya sea en las aulas, en la iglesia, o incluso en la casa. Esto es resultado de no tener la necesidad de practicar estos hábitos si no está la persona que se los enseñó.
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Esto desata una contradicción muy grande en él; por ejemplo, en la escuela le enseñan a limpiar su lugar antes de irse, pero si esto no lo hace en la casa, no será algo significativo para él; es entonces que piensa que solo lo hace porque su maestra lo dice, no porque necesite tener un espacio limpio por su propia salud.
Esto quiere decir que no solo es dar órdenes, sino guiarlo para que él entienda como funciona su entorno y por sí mismo tome las decisiones. Ser obediente a la larga no le servirá, porque él no está aprendiendo lo que requiere.
¿CÓMO CAMBIAR DE LA OBEDIENCIA A LA AUTODISCIPLINA?
Para dejar la obediencia y pasar a la autodisciplina se requiere ver al menor como un ser que entiende y tiene capacidad de raciocinio, ya que, muchas personas no los conciben de esta forma y por eso no logran esta transición.
Los siguiente es explicarles el porqué de las indicaciones y señalamientos, por ejemplo, el aprovechamiento académico, ellos entienden que deben tener buenas calificaciones porque de lo contrario su profesor o tutor los regañará.
Por eso, se les necesita decir que los buenos resultados no son para sus padres o adultos que les están enseñando; se requiere que les explican que alcanzar calificaciones sobresalientes los beneficiarán en su futuro, en lo económico, y lo social.
El autor de esta propuesta indica que también esto se aplica en lugares públicos, lejos de cualquier institución educativa, por ejemplo, se les debe decir frases como:
“Te tomaré de la mano en el estacionamiento para poder ayudarte a mantenerte a salvo. Es posible que los coches no puedan verte,” o también "Por favor, usa una voz tranquila dentro de este edificio, hay otras personas trabajando.”
De esta manera, Formon precisó que así los infantes podrán acatar las expectativas sociales no solo dentro de la escuela, sino que en cualquier lugar. Así tendrán la capacidad de crecer preparados para una vida de provecho.