Durante su viaje apostólico a Eslovaquia, el Papa Francisco dejó atónitos a los jesuitas con quienes mantuvo un encuentro, al revelar que algunos integrantes de la iglesia lo querían ver muerto y hasta preparaban un cónclave para nombrar a su sucesor; esto a raíz de la operación de colón que le fue realizada en Roma en el mes de julio.
En su primer día de viaje a esa nación, el Papa Francisco pasó la tarde en la nunciatura apostólica de Bratislava, en donde se reunió con 53 jesuitas eslovacos. A la pregunta de un miembro de la Compañía, ¿Cómo está?, el Pontífice contestó:
“Vivo todavía. Aunque algunos me querrían muerto. Sé que hubo incluso reuniones entre prelados, que pensaban que el Papa estaba más grave de lo que se decía. Preparaban el cónclave”.
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De igual forma el Pontífice agregó: “¡Paciencia! Gracias a Dios, estoy bien. La operación fue una decisión que no quería tomar: fue un enfermero el que me convenció. A veces los enfermeros comprenden la situación mejor que los médicos, porque están en contacto directo con los pacientes”.
LOS DETALLES
Dicha conversación, fue publicada este martes 21 de septiembre por La Civiltà Cattolica, revista cultural de los jesuitas, que publicó de forma íntegra el diálogo del Papá y cuyo director, Antonio Spadaro, estuvo presente en el encuentro y es un hombre de confianza del Pontífice.
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La salud del Pontífice ha sido motivo de preocupación desde que tuvo que ser intervenido por un problema en el colón y se mantuvo hospitalizado por diez días en el Hospital Gamelli de Roma, y quien está por cumplir 85 años el 17 de diciembre.
Que la revista haya publicado tal cuál la conversación del Papa Francisco, acerca de los prelados que lo querrían ver muerto y nombrar su sucesor, resulta muy significativo. El mensaje queda claro para la oposición interna: Bergoglio está al tanto de sus maniobras.