Múltiples son las ocasiones en las que los animales han demostrado un mayor humanismo que los propios humanos, con acciones como cuidando a los cachorros de otras especies o porque no mostrando agradecimiento para/con diversas personas, al grado que cuando sus historias se hacen públicas a través de las redes sociales roban el corazón de los internautas y se hacen virales.
Así sucedió con la historia de un hombre y un pingüino, que, si bien no acaba de ocurrir, fue hace poco que se conoció públicamente y en la que destaca el valor que para ambos tiene el agradecimiento y la amistad, pues luego de que sujeto salvara a esta ave de la muerte, año con año se frecuentan como si de viejos amigos de la misma especie se tratara.
¿De qué salvó el hombre al pingüino?
Fue en el año 2016 cuando la historia comenzó a hacerse pública y fue recientemente que el tema volvió a surgir, pero data ya desde el 2011 que un pescador brasileño año con año abraza a su amigo pingüino, quien nada por poco más de 8 mil kilómetros para verlo, esto como un gesto de agradecimiento después de que le salvara la vida e incluso el ave es conocida como Dindim.
Sus encuentros suelen darse en el mes de junio, en la isla Ilha Grande, perteneciente al pueblo de Proveta en Brasil, donde reside un albañil jubilado que ahora se dedica a la pesca de tiempo parcial mismo que responde al nombre de Joao Pereira de Souza y tiene la edad de 77 años, mismo que descubrió al aquel entonces pequeño pingüino languideciendo en las rocas.
En aquel momento el indefenso perteneciente a la raza de Magallanes sudamericano estaba a punto de morir debido a que tenía hambre y se encontraba cubierto de petróleo, por lo que el héroe sin capa, sin dudarlo, decidió llevárselo del lugar para darle techo y cuidados, además de atender su condición hasta que se encontrara completamente recuperado de salud.
Tal fue la dificultad de las tareas que el simple hecho de quitar los residuos negros y pegajosos que se encontraban impregnados en las plumas del ave le tomó una semana completa a Joao, pero fue hasta que Dindim logró sanar por completo que el pescador tomó la determinación de regresarlo al mar para liberarlo, pensando que esta sería la última vez que lo volvería a ver.
Dindim sorprende a pescador con su regreso
Pero cual fue la sorpresa del hombre que Dindim, apenas unos meses después de su recuperación, regresó buscando específicamente a Souza, volviendo incluso a la que fue su casa durante la recuperación, lo que le causó asombro al hombre, por lo que volvieron una costumbre que el ave pase ocho meses con su amigo humano y el resto se dedique a criar frente a las costas de Argentina y Chile.
Incluso Joao ha indicado a diversos medios internacionales que ama al pingüino como si fuera su propio hijo y por sus actitudes piensa que el sentimiento es recíproco, pues, aunque se le intentan acercar nadie más puede tocarlo, pues de lo contrario los picotea, pero se acuesta plácidamente en el regazo del hombre, lo deja ducharlo y recogerlo, además de alimentarse con sardinas.