Existen dos tipos de personas, aquellos que odian el olor a gasolina y quienes disfrutan el ir a cargar el tanque de su automóvil por el peculiar aroma que estos sitios despiden, pues este les suele parecer agradable, lo cual incluso tiene una explicación que ha sido buscada a partir de la ciencia, pues esta sustancia generalmente incluye más de 150 productos químicos.
El estudio estuvo encabezado por la Agencia de Registro de Enfermedades y Sustancias Tóxicas (ATSDR) de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos, por lo que si eres de aquellos que gusta de respirar este perfume tan especial y piensas que podría deberse a un problema, aquí te contamos el motivo por el que se da este fenómeno.
¿Por qué es agradable el olor a gasolina para algunas personas?
Dicho trabajo afirma que uno de los químicos que contiene esta sustancia es el benceno, mismo que emite un olor dulce, que es el que algunas personas pueden encontrar agradable, el cual es añadido para aumentar el nivel de octanaje para mejorar el rendimiento del motor y la eficiencia del combustible, pero su olor es tan penetrante que una millonésima parte de la nariz humana puede detectarlo.
Pero esta no es la única explicación, pues también existe una teoría que se centra en otros efectos físicos que tiene en los receptores nerviosos, pues cuando el benceno es inhalado tienen un efecto supresor en el sistema nervioso, lo que a su vez genera una sensación temporal de euforia, desencadenando la sensación de gusto, adormeciendo los nervios y activando la vía mesolímbica.
Esta reacción es conocida como la vía de recompensa del cerebro, por lo que es cuando los nervios detectan el benceno que el sistema mesolímbico libera dopamina, ocasionando que el cerebro diga que este olor gusta y se quiere más que eso, e incluso el tema es analizado desde el siglo XIX cuando esta sustancia era un ingrediente en productos para después de afeitarse e higiene femenina.
¿La gasolina genera buenos recuerdos?
Aunque esta no es la única explicación, pues según la ciencia otra de las razones por las que este olor le gusta a distintas personas se puede atribuir a la nostalgia, pues el benceno y la memoria se encuentran estrechamente relacionados e incluso llega a recibir el nombre de fenómeno Proust, llamado de esta forma por el autor Marcel Proust, quien incluso describió el olor de una galleta bañada en té.
La teoría parte del hecho de que el bulbo olfatorio, o los nervios que detectan las moléculas de olor, se encuentran vinculados con la amígdala del cerebro encargada de la respuesta emocional y el hipocampo, que cumple con la tarea de manejar la información y es aquí donde los aromas hacen reaccionar a nivel emocional, lo que podría asociarse con diversos momentos de la vida.
Aunque el especialista asegura que su teoría se une con el hecho de que el benceno en realidad tiene un efecto supresor en el sistema nervioso, por lo que se podría comparar sus efectos con los de estar un poco drogado, aunque sin correr algún riesgo para la salud, a menos que la exposición constante si puede provocar diversos problemas como de equilibrio, demencia y necrosis tubular.