En los últimos días el cielo durante el atardecer se ha caracterizado por tener nubes en tonos naranjas y amarillos, lo que ha captado la atención de diferentes usuarios quienes decidieron fotografía estos paisajes para luego compartirlos en redes sociales como Facebook o X, antes Twitter, en donde no tardaron en volverse tendencia.
En estos materiales se aprecia como por unos minutos esas tonalidades cubren diferentes puntos del país, en especial dentro del centro de la República, como la Ciudad de México, Puebla, Tlaxcala o el Estado de México; en estos sitios los efectos visuales se han presentado de forma constante.
Estas postales son resultado de la Luz del Sol, que a pesar de ser naturalmente blanca, al llegar a la atmosfera entra en contacto con distintos compuestos, por lo que al final se producen distintos fenómenos ópticos. Los especialistas mencionaron que este tipo de condiciones son normales.
¿Cómo se ilumina nuestro mundo?
La luz que llega a nuestro planeta viene del Sol, y al combinarse con la rotación de la Tierra hace que durante el día haya iluminación natural en ciertos continentes, mientras que al llegar la noche se oscurece.
En este sentido, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) explicó que cuando los rayos solares llegan a la atmósfera terrestre chocan con moléculas del aire, aerosoles, partículas de polvo y pequeñísimas gotas de vapor de agua.
Todos estos elementos provocan que la luz se disperse en varias direcciones, es así como se reflejan distintas tonalidades que son interpretadas por los ojos humanos como colores en gamas rojizas.
Se mencionó que no todos los colores se comportan del mismo modo, esto se debe a que algunos se dispersan más que otros, tal es el caso del azul, pues el oxígeno y nitrógeno observen principalmente ese tono.
¿Por qué los atardeceres se ven así?
En el caso del atardecer, la UNAM comentó que la luz solar tiene que recorrer una distancia mayor, además, atraviesa por una parte más gruesa de la atmósfera, en donde hay una cantidad más grande de partículas de polvo.
Todos estos elementos juntos provocan que el cielo se vea rojizo, o en algunas ocasiones naranja o amarillo. Algo similar ocurre en las mañanas, pues este proceso igual se presenta durante el amanecer.
Esto efectos visuales también se ven reflejados en las nubes, pues la altura en la que se encuentran suele ocasionar que igual se vean naranjas, amarillas o en algunos casos llegan a tener un rojo intenso.