Todos alguna vez en nuestra vida han experimentado hipo, pero ¿te imaginas enfrentarlo por días enteros, meses, incluso años? Algo así fue lo que le pasó a un hombre que, aunque parezca increíble, tuvo estos súbitos espasmos de forma continua durante 68 años.
Su nombre era Charles Osborne, quien nació en la localidad de Anthon, en el estado de Iowa, Estados Unidos, en 1893 y murió en 1991, alguien que tiene un singular récord que no es muy agradable de ostentar, aunque es honroso destacarlo por su fuerza y resistencia en el sufrimiento.
Hombre consigue un Guinness por el ataque de hipo más largo
Charles Osborne es un hombre que, seguramente, jamás imaginó pasar a la historia por un padecimiento bastante peculiar y que lo acompañó la gran mayor parte de su vida, pues hasta la fecha -o al menos así se tiene constancia- se convirtió en la persona que sufrió el ataque de hipo más prolongado.
De acuerdo al Guinness World Recrods, su ataque comenzó en 1922 y así permaneció por 68 años, tiempo en el que el hombre probó de todo para curarse de su molesta condición y hasta se sometió de forma experimental a terapias hormonales, sin embargo, al parecer nada lo curó.
Es importante mencionar que, el hipo es un espasmo involuntario del diafragma que, por lo regular, es de corta duración, ya que no representa un signo de algo grave, aunque para el estadounidense sí que lo fue.
Así fue el extraño inicio del hipo de Charles Osborne
El espasmo involuntario de Charles Osborne le sobrevino en 1922, cuando trabajaba como granjero a sus 29 años y todo comenzó mientras pesaba un cerdo para sacrificarlo, mismo que se prolongó durante nada más y nada menos que 68 años.
“Estaba colgando un cerdo de 350 libras para sacrificarlo. Lo recogí y luego me caí. No sentí nada, pero el médico dijo más tarde que me rompí un vaso sanguíneo del tamaño de un alfiler en el cerebro”, dijo en su tiempo a los medios de comunicación; no obstante, el pequeño accidente fue lo que le provocó el ataque de hipo.
En un primer momento, Osborne hipaba alrededor de 40 veces por minuto, pero más tarde este ritmo se redujo a la mitad. A pesar de que el granjero consultó a varios médicos, ninguno pudo curar su extraña condición.
La desesperación de tener dicho padecimiento lo llevó a consultar varios tratamientos médicos y nada funcionó, ni siquiera las terapias hormonales experimentales, incluso probó todo tipo de remedios caseros, pues hasta se expuso a que un amigo le disparó una escopeta muy cerca para asustarlo, pero nada le sirvió.
Fue solo un médico el que le consiguió recetar al hombre un remedio que lo alivió, sin embargo, su efecto solo fue temporal, pues de acuerdo a un artículo de la revista Smithsonian, mientras acudía a la Clínica Mayo, un doctor le suministró una alta dosis de monóxido de carbono que logró detener el hipo.
A pesar de que la fórmula pudo haber sido exitosa, al usarla Osborne podría pagar un precio muy alto, que era tratar de sobrevivir al gas venenoso, por lo que, sencillamente decidió seguir llevando su vida con hipo de la mejor manera posible.
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Charles Osborne vio el fin de su hipo y tiempo después murió
Finalmente, luego de que Charles Osborne aprendió a vivir con el hipo por más de 68 años, cuando tenía 96 años, este se detuvo repentinamente. No obstante, un año después, en 1991, falleció sin que los médicos lograran descubrir exactamente qué causó su rara condición casi de por vida.
Los especialistas calcularon que durante todo el tiempo que padeció los espasmos, pudo hacerlo cerca de 430 millones de veces, lo cual no le impidió seguir una vida normal entre "hip, hip" ya que vivió cerca de un siglo, se casó en dos ocasiones y tuvo ocho hijos.