Zara es una de las marcas de más renombre en el mundo, comenzando como una firma de ropa, misma que posteriormente incursionó en el mercado de los artículos para el hogar y ahora más recientemente decidió formar parte del regreso a clases con una colección de muebles al estilo de las grandes cadenas de papelería en México.
La venta de estos productos se realiza a través de la tienda electrónica de la compañía y se sumó a la estrategia de su vertiente Zara Home, la cual engloba una serie de productos para el hogar que pueden ir desde artículos para cocina y prendas varias para “vestir” tu casa y la cual llegó hace un tiempo para diversificar su línea.
¿Qué productos escolares vende Zara?
La marca Zara en su nueva versión “back to school” cuenta hasta el momento con diversas propuestas de mobiliario, cuyos precios van de los 981 pesos por una silla de madera y hasta los tres mil pesos por un escritorio y es que la idea surge del hecho de que en México los ingresos que se esperan que sean generados por el regreso a clases se estiman en los 98 mil millones de pesos.
En cuanto a los diseños se refiere, la lista abarca desde muebles escolares hasta elementos que pueden ser utilizados por los más pequeños fuera de la casa con el regreso a clases presenciales, todo con un toque vintage, característico de esta marca; dentro de los productos se encuentran un escritorio infantil de madera con dos modelos diferentes.
La lista de mobiliario también la conforma una silla infantil de escritorio, dos modelos de estantería, una pizarra; en lo que respecta a otros utensilios también se encuentran tizas de colores, cajas organizadoras, cubos con vocales, además de mochilas con tres modelos diferentes, un lunchbox, una botella, libretas, batas, baberos e incluso etiquetas termoadhesivas.
Zara vende prendas mexicanas y causa polémica
Pero no es la única ocasión en que la compañía Zara busca innovar, pues recientemente también se vio envuelta en el escándalo luego de que fueran acusados de apropiación cultural por la venta de prendas mexicanas que prometían “reconocer su diseño”, pero terminaron por ser malos referentes en cuanto al uso de estas ideas de la cultura nacional.
La línea tenía un costo de poco más de mil pesos con diseños dentro de los que se encontraban por lo menos dos blusas y un vestido en color verde, con motivos artesanales similares a bordados artesanales, esto debido al éxito que tienen estos productos, lo que para muchos fue considerado como un robo de propiedad intelectual a partir de la propuesta de un curso de pintura.
Cabe señalar que en México, la Secretaría de Cultura es quien ha funcionado como intermediaria entre los artesanos y las grandes compañías, a fin de resarcir los daños en caso de que exista un robo de sus diseños.