Quizá has estado en pláticas donde tus tías, tíos, papás y otros en los que expresan “te acuerdas cuando”, para rememorar momentos que viviste mientras eras un bebé, sin que logres recordar de lo que hablan dudando en si viviste o no dicho momento, sin embargo, esto no se debe a que te “te hayas caído de chiquito/a”, sino a procesos naturales que sigue el organismo.
Pues cada uno de los órganos del cuerpo tienen su propia evolución y el cerebro no es la excepción, por lo que, si bien muchas cosas son aprendidas desde que nacemos como el hecho de respirar, muchas otras no son recordadas hasta una determinada edad, lo cual tiene una explicación médica e incluso diversos estudios han revelado detalles al respecto.
¿Cuándo comienzan los recuerdos de los bebés?
Los trabajos que han realizado hasta ahora los especialistas concuerdan en que una persona no logra recordar acontecimientos que hayan sucedido antes de los 3 años e incluso le dieron el nombre de “amnesia infantil” o “amnesia de la niñez”, pues ha sido identificada como una incapacidad de las personas para recordar situaciones durante sus primeros años de vida.
Esta situación tiene su origen en la incapacidad del cerebro para poder ingresar los recuerdos durante las primeras etapas de la vida, aunque esto no implica que no se encuentren almacenados, pues estas mismas investigaciones han demostrado que los bebés tienen la capacidad de reconocer varios estímulos durante este mismo periodo de su vida, al grado incluso de reconocer algunas voces de familiares, principalmente la de su madre.
El cerebro de los menores incluso es capaz de identificar algunos olores como el de la leche materna, lo cual es calificado como memoria implícita, la cual se encarga de registrar y almacenar información de un modo no consciente y la cual se va desarrollando con el paso de los años, ayudando a los bebés a asociar estímulos y respuestas para aprender determinados patrones.
¿Cómo evoluciona la memoria de los bebés?
De acuerdo a los especialistas, con apenas seis meses de edad los bebés comienzan a desarrollar su capacidad de memoria de corto plazo, lo que permite que retengan cierta información utilizada en determinadas situaciones que enfrentan, además de que comienzan incluso a reconocer a las personas más cercanas, para posteriormente en el primer año desarrollar la memoria explícita.
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Posteriormente conforme se van desarrollando las habilidades comunicativas es que el cerebro le abre un espacio a llamada memoria a largo plazo, lo cual suele suceder alrededor de los dos años de edad, con lo que el menor comienza a tener la capacidad de recordad ciertas historias o sucesos, logrando hasta a partir de los tres años el pleno desarrollo de su memoria.
Es durante esta etapa de la vida que se comienzan a almacenar pequeños recuerdos que llegaran intactos a la edad adulta, principalmente en los que estuvo involucrado de manera directa, lo cual se logra también por el desarrollo de la atención y capacidad de observación, por lo que para mejorar la memoria se recomienda llevar a cabo una actividad física, además de socializar y compartir con familiares y amigos.