El hábito de tomar café es una de las tradiciones más comunes en muchos lugares alrededor del mundo. Esta bebida, que se obtiene de las semillas tostadas de la planta de café, se ha convertido en una rutina diaria para millones de personas.
Desde que amanece, hay quienes recurren a esta infusión para despertar y realizar sus actividades diarias. Pero eso no es todo: también se utiliza como una forma de socializar o relajarse. Su aroma, sabor y efectos estimulantes han logrado convertirla en una compañía para muchos.
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Esta práctica suele verse como inofensiva, ya que los niños de todas las edades a veces se sienten atraídos por el sabor o la costumbre de compartir un momento en familia. Sin embargo, expertos en salud advierten que este consumo en menores puede traer consecuencias negativas para su bienestar físico y mental.
¿A qué edad se puede tomar café?
El consumo de café en niños es un tema que genera preocupación entre padres, educadores y profesionales de la salud. Aunque esta bebida es ampliamente consumida por adultos, los efectos de la cafeína en los niños pueden ser diferentes debido a su fisiología en desarrollo.
No existe una edad exacta a partir de la cual se pueda consumir café, pero la mayoría de los expertos coinciden en que no es recomendable ofrecerlo a menores de 12 años. Así lo destacó la Cleveland Clinic en un artículo especializado.
Por su parte, la Academia Estadounidense de Pediatría, según informó CNN, también recomienda evitar el consumo de cafeína en niños, incluso en bebidas como té, refrescos, bebidas deportivas y otros productos que contienen esta sustancia.
Además, los adolescentes entre los 12 y 18 años deben limitar su consumo, ya que el exceso de cafeína puede afectar su salud de manera negativa. Lo ideal sería que los jóvenes eviten las bebidas que contengan cafeína para mantener un estado físico y mental óptimo.
¿Cuáles son las consecuencias de la cafeína?
La cafeína es un estimulante que puede interferir con la calidad del sueño, un factor crucial para el crecimiento y el desarrollo cognitivo de los niños. Si un niño consume café, especialmente por la tarde o noche, es posible que experimente dificultades para conciliar el sueño, lo cual puede afectar su rendimiento escolar y bienestar emocional.
La cafeína puede provocar otros efectos secundarios como arritmias (ritmos cardíacos anormales), ansiedad, deshidratación, diarrea, dolores de cabeza, hipertensión, mal humor, inquietud, nerviosismo, temblores y malestar estomacal. En casos extremos, el consumo excesivo puede incluso desencadenar convulsiones.
Otro factor que no debe pasarse por alto es que el café a menudo se consume con azúcar y otros ingredientes poco saludables, como crema o jarabes. Las bebidas azucaradas pueden contribuir al sobrepeso, aumentar el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 y afectar los hábitos alimenticios de los niños.
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Es fundamental educar a los menores sobre los riesgos de consumir bebidas azucaradas y de cafeína, ya que estas pueden tener un impacto negativo a largo plazo en su salud física y emocional.