/ jueves 30 de noviembre de 2023

¿Acostumbras leer en el baño? Esta es una práctica que deberías dejar de hacer

Se ha convertido en una broma tradicional el mofarse de que una persona tardó en el retrete por estar leyendo

Una de las prácticas más comunes entre las personas es leer cuando se acude al baño a realizar las necesidades fisiológicas al grado que además de convertirse en un chiste cuando una persona tarda en el retrete, en algunos hogares se opta por la colocación de algunas revistas en este sitio y porque no en lugares públicos se coloca publicidad para atraer la atención de los usuarios.

Incluso existen algunos estudios que aseguran que esta actividad es realizada por el 64% de los hombres y el 41% de las mujeres, pues incluso se incrementó desde que prácticamente todas las personas tienen un teléfono inteligente con acceso a internet, sin embargo, esto podría no ser tan recomendable no sólo por razones higiénicas, por lo que aquí te contamos la razón de esto.

¿Por qué no se recomienda leer en el baño?

Si bien en uno de sus ensayos el escritor Henry Miller enlistó los beneficios que tenía el leer mientras se hacía uso del sanitario, el pasar demasiado tiempo sentado podría desencadenar problemas para la salud, uno de ellos la hinchazón de las venas del ano y el recto, condición que podría desencadenar las hemorroides o también llamadas almorranas.

Y es que, de acuerdo con especialistas, esta inflamación puede desencadenarse por la mala postura que adquirimos al sentarnos en el retrete, a esto se suma el hecho de que mientras mayor sea el tiempo que se pase en el escusado, también incrementará el riesgo de sufrir estreñimiento y estrés anal, condiciones que también favorecen a la aparición de hemorroides.

Pero estas posturas también pueden desencadenar otros problemas en la circulación en general del cuerpo pues a diferencia de un sillón en el que se puede recargar la espalda o al sentarse frente a una mesa o escritorio que pueden sostener el peso de los brazos y por consiguiente de la mayoría de la estructura corporal, en el baño no existe ningún soporte que lo haga.

Esto se debe a que al sentarnos en este sitio todo el peso de nuestro cuerpo recae sobre las piernas de forma atípica reduciendo la presión arterial, lo cual se ve reflejado cuando perdemos sensibilidad, que es comúnmente conocido como que “se duerman las piernas”, incrementando la cantidad de problemas que se sufran entre más se repita este comportamiento, haciéndolo un hábito.

¿Cuál es el problema de higiene de leer en el retrete?

Pero estos no son los únicos problemas que puede traer leer en el baño, sino que también existen otros relacionados con la higiene, pues el esfínter se encuentra expuesto a toda clase de virus y bacterias cada vez que adoptamos esta posición, por lo que la recomendación es limitar la estadía en el sanitario al tiempo estrictamente indispensable con la intención de evitar que algún patógeno entre más fácilmente al organismo.

Por otra parte, existen otros gérmenes que habitan en el baño y que pueden ser trasladados fuera por las propias personas, ya que algunos estudios señalan que los celulares, dispositivos de lectura electrónicos y tablets son capaces de recoger materia fecal de manera fácil, al igual que sucede con materiales porosos como el papel de libros, revistas y periódicos, por lo que el consejo es llevar la mínima cantidad de objetos posibles al baño.

Una de las prácticas más comunes entre las personas es leer cuando se acude al baño a realizar las necesidades fisiológicas al grado que además de convertirse en un chiste cuando una persona tarda en el retrete, en algunos hogares se opta por la colocación de algunas revistas en este sitio y porque no en lugares públicos se coloca publicidad para atraer la atención de los usuarios.

Incluso existen algunos estudios que aseguran que esta actividad es realizada por el 64% de los hombres y el 41% de las mujeres, pues incluso se incrementó desde que prácticamente todas las personas tienen un teléfono inteligente con acceso a internet, sin embargo, esto podría no ser tan recomendable no sólo por razones higiénicas, por lo que aquí te contamos la razón de esto.

¿Por qué no se recomienda leer en el baño?

Si bien en uno de sus ensayos el escritor Henry Miller enlistó los beneficios que tenía el leer mientras se hacía uso del sanitario, el pasar demasiado tiempo sentado podría desencadenar problemas para la salud, uno de ellos la hinchazón de las venas del ano y el recto, condición que podría desencadenar las hemorroides o también llamadas almorranas.

Y es que, de acuerdo con especialistas, esta inflamación puede desencadenarse por la mala postura que adquirimos al sentarnos en el retrete, a esto se suma el hecho de que mientras mayor sea el tiempo que se pase en el escusado, también incrementará el riesgo de sufrir estreñimiento y estrés anal, condiciones que también favorecen a la aparición de hemorroides.

Pero estas posturas también pueden desencadenar otros problemas en la circulación en general del cuerpo pues a diferencia de un sillón en el que se puede recargar la espalda o al sentarse frente a una mesa o escritorio que pueden sostener el peso de los brazos y por consiguiente de la mayoría de la estructura corporal, en el baño no existe ningún soporte que lo haga.

Esto se debe a que al sentarnos en este sitio todo el peso de nuestro cuerpo recae sobre las piernas de forma atípica reduciendo la presión arterial, lo cual se ve reflejado cuando perdemos sensibilidad, que es comúnmente conocido como que “se duerman las piernas”, incrementando la cantidad de problemas que se sufran entre más se repita este comportamiento, haciéndolo un hábito.

¿Cuál es el problema de higiene de leer en el retrete?

Pero estos no son los únicos problemas que puede traer leer en el baño, sino que también existen otros relacionados con la higiene, pues el esfínter se encuentra expuesto a toda clase de virus y bacterias cada vez que adoptamos esta posición, por lo que la recomendación es limitar la estadía en el sanitario al tiempo estrictamente indispensable con la intención de evitar que algún patógeno entre más fácilmente al organismo.

Por otra parte, existen otros gérmenes que habitan en el baño y que pueden ser trasladados fuera por las propias personas, ya que algunos estudios señalan que los celulares, dispositivos de lectura electrónicos y tablets son capaces de recoger materia fecal de manera fácil, al igual que sucede con materiales porosos como el papel de libros, revistas y periódicos, por lo que el consejo es llevar la mínima cantidad de objetos posibles al baño.

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