Allen West, conservador y candidato a la nominación para gobernador de Texas por los Republicanos, anunció que se encuentra hospitalizado tras dar positivo a coronavirus. A pesar de esto, afirmó que no ha sido vacunado y que seguirá en contra de las medidas que hacen obligatoria colocarse la vacuna.
Por medio de un comunicado en su página de Facebook, afirmó que esta experiencia fortalece las ideas que ya tiene sobre la vacunación y que incluso está tomando medicinas que no han sido aprobadas como tratamiento para la enfermedad.
SU POSICIÓN CONTRA LAS VACUNAS
West informó el pasado sábado que había recibido una inyección de anticuerpos monoclonales tras recibir el diagnostico positivo por coronavirus y tuvo que mantenerse en observación en el hospital. Su esposa también dio positivo a la enfermedad, pero ella sí recibió la vacuna y también los anticuerpos monoclonales para poder seguir el tratamiento en casa.
Como consecuencia de la enfermedad, al político se le detectó una neumonía, por lo que estaba en espera de los resultados de una radiografía. Además, existía preocupación con su nivel de saturación de oxígeno al ubicarse en 89. Pese a esto, afirmó que se encuentra más dedicado a combatir los mandatos que hacen obligatoria la vacunación.
Los pacientes que han enfermado de Covid-19 después de recibir la vacuna tienen una baja posibilidad de hospitalización, a diferencia de aquellos que no la tienen y que incluso el riesgo de muerte es mayor. Pero, en los Estados Unidos, y en estados conservadores como Texas, la vacunación se ha convertido en un tema político.
“Puedo asegurar, después de esta experiencia, que estoy más que dedicado a batallar contra los mandatos de la vacunación”, escribió West en su página de Facebook. “En lugar de enriquecer los bolsillos de las grandes compañías farmacéuticas y los corruptos burócratas y políticos, deberíamos de abogar por la terapia de infusión de anticuerpos monoclonales”.
De igual forma, afirmó que ahora tiene el doble de anticuerpos e inmunidad natural gracias a su tratamiento. Dentro de las medicinas que estaría tomando se encuentran la hidroxicloroquina y la ivermectina, los cuales no se han comprobado que sean eficaces contra la enfermedad. Diversos organismos de salud ya han mostrado su oposición ante el uso de estos medicamentos.
La primera surgió como tratamiento al comienzo de la pandemia, pero trajo un sin número de personas intoxicadas, como preocupación para aquellos que sufren lupus, al ser el medicamento principal para su tratamiento. En el caso de la ivermectina, aunque también es usada en humanos, es un fármaco antiparasitario principalmente usado en animales.
West sentenció que como gobernador de Texas defenderá la libertad de todos para elegir sus tratamientos. “Aplastaré con vehemencia a cualquiera que imponga mandatos de vacunas en el estado de la estrella solitaria. Hay protocolos mucho mejores que los ciudadanos individuales pueden utilizar y decidir por sí mismos”.
ALLEN WEST Y SU LUCHA POR LA GUBERNATURA DE TEXAS
Sobre cómo pudo haberse infectado, West señaló que el jueves 7 de octubre asistió a una recaudación de fondos de Mission Generation que se encontraba repleta de gente en Texas. Ahora, ha cancelado todos sus eventos públicos hasta que reciba una autorización clara.
Desde hace un año comenzó a ganar seguidores dentro de Texas al ser elegido como presidente del Partido Republicano en el estado. Es recordado por criticar fuertemente las medidas tomadas contra el coronavirus y por apoyar al expresidente Donald Trump.
Dejó su puesto en el verano para hacer oficial sus deseos de competir por la candidatura. Su relación con el actual gobernador texano, Greg Abbot, tampoco es la mejor, después de participar en una protesta frente a su casa por impulsar medidas como el cierre de comercios y el uso de mascarilla obligatorio por el coronavirus.
Estas medidas se levantaron en abril, siendo Texas el primer estado que lo hizo en medio de varias críticas al estar en el comienzo de la vacunación.
Su carrera en la política comenzó en 2010 cuando ganó un puesto en la Cámara de Representantes de Estados Unidos por el estado de Florida. Tras fallar en su reelección en 2012 decidió mudarse a Texas, en donde pasó desapercibido hasta que tomó el liderato de los republicanos. Superar a Abbot no será sencillo, ya que tiene gran aprobación de los texanos, así como de Donald Trump.