En México se estima que cerca de un millón 300 mil personas son afectadas con la enfermedad del Alzheimer, representado una cifra de entre el 60 y 70 por ciento de los casos registrados de demencia.
Y es una afección que daña directamente al cerebro, provocando pérdida de memoria como su principal síntoma, aunque también está asociada con no poderse localizar geográficamente y hasta no saber en qué día se está viviendo.
¿Cuál es la relación entre el Alzheimer y el ayuno intermitente?
En un estudio reciente elaborado por la Facultad de Medicina de la Universidad de California en Estados Unidos fueron usado algunos ratones, estos se sometieron a una alimentación con restricción de horarios, teniendo alimentos durante 6 horas y retirándolo otras 18 durante tres meses. No se hizo restricción calórica ni de alimentos.
Los resultados fueron sorprendentes, pues los roedores presentaban una baja en las proteínas asociadas a problemas en el cerebro, además se mostró una mejora del ciclo circadiano, este cuando se tiene una enfermedad neurodegenerativa se va deteriorando conforme avanza.
“La modulación del reloj circadiano como estrategia para mejorar los resultados de salud está cobrando impulso. En particular, el ciclo diario de alimentación/ayuno proporciona un fuerte estímulo para la sincronización de las funciones metabólicas y conductuales incluso en ausencia de un reloj circadiano central funcional”, se lee en el artículo.
Aunque ellos mismos refieren que esto no es definitivo, pues, si bien se tiene información clara esta solo está probada en animales, por lo que para determinar que es seguro en seres humanos quedan algunos informes más.
¿Hay cura para el Alzheimer?
Desafortunadamente no hay ningún medicamento o tratamiento que cure la enfermedad en su totalidad, los que hay en el mercado son algunos que ayuda a aminorar los síntomas, aportando mayor independencia a los pacientes.
Algunos de los fármacos que se recetan son la galantamina, rivastigmina y donepezil, ya que estos sirven para combatir la colinesterasa, una enzima presente en la transmisión nerviosa que ayuda a que el sistema nervioso funcione como debe hacerlo.
Lo que provocan es evitar la descomposición de la acetilcolina que es la encargada de la memoria y el pensamiento; aunque este tipo de tratamientos solo funcionan cuando la enfermedad es de leve a moderada, cuando avanza es más difícil poder tratarla.