El decir “me caigo de risa” normalmente es solo una expresión para indicar que algo te ha causado muchísima gracia, pero para algunas personas esto puede ser literal si es que sufren de la llamada cataplexia, conocida también como la risa que desmaya, porque les hace perder el tono muscular ante emociones fuertes, ya sean positivas o negativas, como la risa, un susto o una discusión.
La persona afectada por la puede experimentar una caída después de un episodio de risa, estrés o ira, pero se mantiene consciente. Cabe mencionar que esta afecta principalmente a las mujeres jóvenes en edad reproductiva y se asocia a enfermedades como narcolepsia e hipersomnia excesiva diurna, explica Máximo León Vázquez, neurólogo y epileptólogo, adscrito a la Clínica de Trastornos del Sueño de la Facultad de Medicina de la UNAM.
- Te recomendamos: En cinco años se duplican muertes por infarto al miocardio
Los episodios pueden aparecer de repente, sin previo aviso, en cualquier momento del día. Ana Fernández Arcos, neuróloga y coordinadora del Grupo de Estudio de Trastornos de la Vigilia y Sueño de la Sociedad Española de Neurología (SEN), advierte que, durante la pérdida de tono muscular, la persona se da cuenta de todo lo que ocurre a su alrededor.
Añade que esta situación puede durar varios minutos y se produce por una disociación entre el estado de vigilia (estar despierto) y el sueño en fase REM (movimientos oculares rápidos, por sus siglas en inglés), cuando el cuerpo está totalmente paralizado, excepto los músculos oculares y los de la respiración.
Ana Fernández menciona que la narcolepsia con cataplexia se considera una enfermedad de origen autoinmune, ya que se produce por la pérdida selectiva de un grupo de neuronas del hipotálamo y podría ser desencadenada por una infección en personas con cierta predisposición genética.
CÓMO SE DETECTA
El doctor León Vázquez comenta que el diagnóstico se realiza durante entrevista en consulta clínica, donde se incluyen pruebas para hipersomnolencia excesiva diurna, cataplexia, narcolepsia, parálisis del sueño o alucinaciones.
Para detectarla, es necesario ir a dormir a una clínica del sueño, en donde se colocan electrodos en varias partes del cuerpo para registrar la actividad cerebral y muscular, también se registran la actividad respiratoria y cardíaca, ya que muchos trastornos del sueño también se asocian a estos parámetros, agregan.
Lamentablemente estos trastornos del sueño van muy ligados con el prejuicio de que una persona duerme mucho por ser muy perezosa; se puede pensar que los síntomas son normales debido a su personalidad, por lo que los pacientes se atienden tardíamente y esto afecta la arquitectura de su sueño y su calidad ideal de descanso.
Si no se atiende a tiempo, advierte el médico de la UNAM, la cataplexia a la larga pueden generar afectación cognitiva, es decir, de aprendizaje, funciones mentales, de memoria, manuales y de ejecución de procedimientos complejos.