Andrew Pollard, científico del Comité de Vacunación e Inmunización del Reino Unido, advirtió que no es factible que en el mundo se busque vacunar a las personas con una nueva dosis de refuerzo cada seis meses o varias veces durante el año.
Dentro de la lucha contra la Covid-19, la vacuna parecía como la gran solución para detener el problema y bajar el número de casos al mínimo. Pero, las diversas mutaciones del virus como la relajación de medidas al igual que la desigual distribución de las dosis hace que la enfermedad no haya desaparecido del todo.
En algunos países del mundo, como Estados Unidos y el Reino Unido, en el tema de vacunación están en capacidad de colocar una cuarta dosis de refuerzo, algo que la comunidad científica comienza a cuestionar.
EL CUESTIONAMIENTO SOBRE LAS VACUNAS
Durante una entrevista, Pollard destacó que eran necesarias una mayor cantidad de pruebas antes de que las autoridades comenzaran a ofrecer una cuarta dosis a las personas ya vacunadas en el Reino Unido. Al respecto, en el país británico ya pueden vacunarse con una tercera dosis las personas de 18 años en adelante como las personas de riesgo con comorbilidades después de los 16 años.
Esto puede observarse en otros países, como es el caso de Israel donde los trabajadores de la salud y las personas mayores de 60 años ya tienen acceso a la cuarta dosis. También, en Alemania las autoridades han adelantado que la sociedad necesitará de una dosis más durante el año.
La preocupación de Pollard se centró en la distribución desigual de las vacunas en todo el mundo. Por ello, pidió que se ponga una mayor atención en las personas de bajos recursos como en los países que siguen en busca de donaciones para completar la vacunación de su población.
“Desde un punto de vista global, no es asequible, ni sostenible ni posible administrar cuatro dosis a todos los habitantes del planeta cada seis meses”, describió Pollard, quien formó parte del grupo que creó la vacuna de AstraZeneca contra la Covid-19. “Hay que recordar que, hoy en día, menos del 10 por ciento de las personas de los países de bajos ingresos ha recibido siquiera su primera dosis, por lo que la idea de una cuarta dosis regular a nivel mundial no es sensata”.
También, explicó que es necesario determinar si las personas vulnerables necesitan alguna dosis adicional y la frecuencia con la que se deben vacunar. Esto antes de pensar en comenzar a administrar alguna dosis a los niños desde los 12 años.
Los científicos ya han coincidido en que el primer paso para detener la pandemia es bajar el número de población que no se encuentra vacunada. Mientras esto no suceda, una mayor cantidad de variantes del virus pueden aparecer y el riesgo de contagio se mantiene en el mismo nivel.
“Habrá nuevas variantes después de Ómicron. Aún no sabemos cómo se van a comportar; y eso puede cambiar completamente la visión que tenemos de lo que es la decisión correcta”, indicó Pollard.
EL AVANCE CONTRA LA PANDEMIA
Pese a el problema que persiste con las vacunas, Andrew Pollard mostró optimismo y afirmó que lo peor de la pandemia ya ha pasado y que el mundo solo debe resistir para superar el invierno donde el alza de casos se ha registrado.
Respecto a Ómicron, comentó que el hecho de que sea una variante menos grave que algunas anteriores como Delta es una buena señal. Esto al significar que las vacunas son resistentes contra las versiones más severas de la enfermedad. Además, pidió que se combata la desinformación sobre las vacunas para que aquellos con dudas reciban la dosis.
“En algún momento, la sociedad tiene que abrirse. Cuando nos abramos, habrá un periodo con un bache de infecciones, por lo que probablemente el invierno no sea el mejor momento”, afirmó el científico.
