¿Sabías que la lactancia materna protege a los bebés de infecciones de oído, diarrea, neumonía y otras enfermedades de la infancia? el amamantar es primordial en el desarrollo de un recién nacido, sin embargo, y más allá de las razones personales, médicas o económicas que hacen que una mujer pueda o no llevarlo a cabo, existen muchos mitos que pueden desalentar a una madre para intentarlo, y aquí te diremos algunos.
El consumo de leche materna para un bebé es de suma importancia, sobre todo durante los primeros meses de vida, pues de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS) la recomienda los primeros seis meses de vida de manera exclusiva, y de forma complementaria hasta los dos años de edad o más.
Y es que, hoy en día, cada vez son más las mujeres que renuncian a la lactancia materna debido a los mitos que poco a poco se vuelven protagónicos en su vida y les ayudan a tomar malas decisiones, muchos de ellos pasados de generación en generación, que incluso algunas mamás piensan que son reales, así que, si no conocen cuáles son los principales, aquí te presentamos algunos enumerados por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF):
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Mito 1: La lactancia materna duele
Si bien es cierto que, durante los primeros días los pezones adoloridos son inevitables después del parto, cuando las madres están aprendiendo a amantar, también lo es que la lactancia materna no debe doler, pues con la posición adecuada del recién nacido para agarrar el seno, se pueden evitar los malestares; de hecho, el agrietamiento y el dolor se producen por una mala postura de succión, por lo que la boca del niño debe de estar completamente abierta y sus labios deben rodear toda la areola y no solo el pezón.
En caso de una madre experimente desafíos y dolores a la hora amamantar, será necesario el apoyo de un especialista en lactancia o algún otro profesional capacitado que le ayude a superar el problema.
Mito 2: La alimentación influye en la lactancia
¡Falso! No existen alimentos que no se puedan consumir durante la lactancia, sin embargo, sí pueden influir en el sabor o color de la leche materna, pero esto solo puede representar la preparación del bebé para los diferentes sabores que percibirá una vez que inicie con su alimentación complementaria a los seis meses de edad.
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No obstante, si una madre percibe que hijo presenta una reacción a un alimento específico que ha ingerido, lo más recomendable será consultar a un especialista.
Mito 3: Las mujeres con senos pequeños no pueden amamantar
Si bien, es cierto que la talla de los pechos es diferente en cada mujer y esto es algo que depende del tejido graso, también lo es que, la cantidad de leche que se produce no depende del volumen de estos, ya que las estructuras biológicas para la producción, almacenamiento y transporte de este líquido son las mismas en todas las mujeres. La cantidad de leche materna que una mujer pueda tener dependerá del buen agarre y succión del bebé al seno materno.
Mito 4: Los pezones se deben de lavar antes de amamantar
De acuerdo con lo informado por la Unicef, no es necesario que las mujeres deban lavarse los pezones antes de amamantar a sus hijos, ya que cuando los bebés nacen ya se encuentran muy familiarizados con los olores y sonidos de su propia madre, además de que estos, producen una sustancia que el bebé puede oler y que contiene “bacterias buenas” que le ayudan a desarrollar un sistema inmunológico saludable para toda la vida.
Mito 5: Si das fórmula ya no puedes seguir con la lactancia materna
Las madres son libres de decidir si utilizan fórmula durante la lactancia, incluso se puede combinar o en muchas ocasiones es necesaria; sin embargo, para mantener una producción de leche materna, será necesario continuar ofreciéndole el pecho a tu bebé con la mayor frecuencia posible. Para esto, las mujeres pueden consultar a un especialista en lactancia, para encontrar un plan que les funcione, para continuar alimentándolo.
Mito 6: No puedes amamantar enferma
Generalmente las madres pueden continuar amamantando a sus hijos, aún enfermas, dependiendo de la enfermedad, siempre y cuando se aseguren de recibir el tratamiento adecuado y descansar, así como alimentarse e hidratarse bien, pues en muchas ocasiones las mujeres pasan a sus bebes los anticuerpos que produjeron para afrontar las afecciones y así le ayudan a construir sus propias defensas.