PARÍS.- La crisis sanitaria que ha estallado en Franciapor un brote de salmonela que ha infectado a decenas debebés supuestamente por ingerir la lechematernal Lactalis salpica a 83 países, donde lamultinacional retirará lotes procedentes de la fábrica francesainvestigada.
Lactalis, fundado en 1933, pasó a ser uno delos gigantes mundiales del sector lácteo desdeque lanzó una opa hostil en 2011 a la italiana Parmalat.
Actualmente, cuenta con 246 fábricas en 47 países, entre ellosEspaña, México, Brasil, Argentina, Colombia,Venezuela y Chile.
El responsable de uno de los mayores grupos lácteos del mundo,Emmanuel Besnier, salió de su habitual discreción y decidió darsu primera entrevista en casi dos décadas de dirigente al Jornalde Dimanche (JDD) para explicar su versión de este escándalo quetambién ha forzado la intervención del Gobierno de EmmanuelMacron.
"Hay 83 países afectados, que están bajo el mismoprocedimiento de retirada de productos (que en Francia).Tenemos un gabinete de crisis tanto para el extranjero como paraFrancia", dijo Besnier, de 47 años.
Sin embargo, el responsable del conglomerado familiar Lactalis,considerado el ejecutivo más enigmático de Francia, no detallóde qué países se trata.
En Francia, la crisis alimentaria de la empresa láctea afectóa 35 menores de seis meses, que contrajeronsalmonelosis durante el pasado diciembre, aunque todosellos evolucionaron favorablemente.
La leche maternal en polvo de Lactalis, una de las másconsumidas en el mundo, ha podido afectar a otros dos bebés fuerade Francia, uno en España, cuya causa probable de sugastroenteritis fue la ingestión del producto de la firmafrancesa, y otro en Grecia, que aún falta confirmar.
Investigan enFrancia leche infantil contaminada con salmonela "De acuerdocon el Ministerio de Sanidad francés, 35 bebés enfermaron (porsalmonela). No hay casos nuevos desde el 8 de diciembre. Y elanunciado en España el viernes pasado se remonta al mes deoctubre", defendió Besnier, quien adelantó que se indemnizará atodas las familias afectadas.
El presidente de la recién creada Asociación de FamiliasVíctimas de la Leche Contaminada, Quentin Guillemain, declaró hoyal canal "BFMTV" que tienen "preguntas muy precisas" para el líderde Lactalis, al que acusó de opacidad y de mentir.
"Si piensa que con dinero va a comprar nuestro silencio, seequivoca", dijo Guillemain, quien demandó más explicaciones delfallo en cadena que provocó la crisis sanitaria.
El supuesto foco de esta bacteria está en la fábrica situadaen Craon, en el oeste de Francia y actualmente en parotécnico.
"Los análisis de los que disponemos nos sirven parasituar potencialmente el problema en el primer trimestre de2017. En esa época hicimos obras en las instalaciones",relató Besnier, considerado la octava fortuna de Francia.
El director ejecutivo de la multinacional asumió que cincolotes no debían haber salido al mercado, aunque aclaró quecorrigieron el error al día siguiente.
El escándalo de la leche contaminada ha llevado al Gobiernofrancés a intervenir, tanto contra Lactalis como contra lascadenas de distribución, que siguieron dispensando el producto apesar de las prohibiciones.
"Hay denuncias contra nosotros, habrá una investigacióny nosotros colaboraremos con todo lo que nos pida laJusticia, aunque nunca habrá riesgo cero en estacuestión, como sucede en otras", asumió.
Besnier confesó que fue él quien solicitó una entrevista esteviernes con el ministro francés de Economía, Bruno Le Maire,quien llegó a achacar a Lactalis "fallos graves".
Entre los compromisos alcanzados, el grupo lácteo deberárecuperar toda la leche infantil que haya salido de su planta deCraon y que esté en circulación.
Eso significa ir más lejos que las tres retiradas sucesivas delmercado que se llevaron a cabo en diciembre (un total de 1.357lotes), cuando se ordenó apartar las decenas de millones deproductos fabricados allí desde el 15 de febrero y exportados auna treintena de países.
Esta medida sucedió en medio del estupor causado esta semana enFrancia cuando se supo que muchos de los productos afectadoshabían seguido a la venta en decenas de supermercados y farmacias,así como en grandes superficies.
La compañía, que no cotiza en Bolsa y es reticente a publicarsus cuentas, está controlada por Emmanuel Besnier y sus doshermanos, quienes la heredaron de su padre, Michel.