No sólo existen las secuelas pulmonares o bronquiales después de padecer Covid-19. A su paso por el organismo, el SARS-CoV-2 es capaz de desarrollar daños neurológicos que tienen repercusiones en nuestro estado de ánimo y nuestras emociones. Prueba de ello es la creciente incidencia de sentimientos de angustia o incluso, patologías como el estrés y la ansiedad.
Esta aseveración fue hecha por Feggy Ostrosky, directora del laboratorio de Neuropsicología y Psicofisiología de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), durante su ponencia en el primer día de actividades correspondientes al recién estrenado Festival de las Ideas Puebla 2022. Agregó que los efectos pueden adjudicarse también a la escasez de contacto humano.
En rueda de prensa al interior del Auditorio Metropolitano de Puebla, la especialista reportó que la pandemia de Covid-19 ha traído consigo modificaciones al organismo de orden neurológico, haciendo al cerebro más susceptible a experimentar emociones negativas, de preocupación o incluso, a desarrollar algunos padecimientos como la ansiedad o la depresión, por mencionar algunos.
Ante esa realidad, Ostrosky compartió en entrevista a EL SOL DE PUEBLA, que en meses recientes ella concluyó un estudio en pacientes que enfermaron de Coronavirus Covid-19 recientemente y que tuvieron alteraciones neurológicas de interés. Producto de esa investigación fue que las personas registraron pequeños infartos cerebrales que provocaron afectaciones perceptibles en las emociones de los participantes.
Por esa razón, señaló durante la pandemia, han sido más frecuentes los reportes de personas que padecen depresión, ansiedad o que incluso provoca anomalías relacionadas a la memoria: “Es algo fisiológico que lleva a los pacientes que después de tener Covid, a tener alteraciones de la memoria o que no se puedan concentrar, o tengan fatiga”, puntualizó.
En ese contexto, Ostrosky hizo hincapié en la urgente necesidad de no minimizar esos cambios, pues existe el riesgo de que puedan desencadenar en afectaciones mucho más graves en el futuro. Estableció que el SARS-CoV-2 es capaz de transformar los códigos genéticos de los individuos y con ello, hacer de estos padecimientos neurológicos algo hereditario y degenerativo.
Finalmente, expuso que en la actualidad la medicina cuenta con herramientas tecnológicas que permiten conocer mejor el comportamiento cerebral. Por ello, indicó que la comunidad médica y científica debe mantener el foco en la investigación de este virus, con el objetivo de entenderlo mejor y determinar todas sus consecuencias.