/ viernes 4 de junio de 2021

Destinan mujeres menstruantes hasta 39 mil pesos en productos

El gasto no incluye medicamentos, visitas al ginecólogo e insumos de los que su uso depende de cada fémina

Imagina que te contratan bajo un salario mínimo, te imponen trabajar durante nueve meses sin gastar en salud, transporte, comida, vivienda, vestido y otros productos de primera necesidad para ahorrar el ingreso total de ese periodo (39,534 pesos) y destinarlo de manera obligatoria en toallas sanitarias para tu vida reproductiva. Esta es la realidad que viven las personas menstruantes al destinar un aproximado de 39 mil pesos en productos de higiene básica.

Lo que para algunas personas puede ser la inversión para un automóvil, educación para sus hijos, emprender un negocio o quizá simplemente la oportunidad de pagarse un viaje, para las personas gestantes desde los 12 años (edad aproximada en que se da la menarca) hasta los 45 años de edad, aproximadamente, esa cantidad representa el aproximado de gastos para comprar toallas para el día, noche, pantiprotectores diarios y tampones.

En Puebla, actualmente un paquete de toallas desechables tiene un rango de precios que oscila entre los 20.00 y los 80.00 pesos, por lo que una persona menstruante gastará aproximadamente 39 mil 265 pesos en 33 años (tiempo estimado del periodo), sin contar la higiene que se necesita para atravesar el ciclo, es decir, medicamente, visitas al ginecólogo, entre otros; este gasto es básico y de manera obligatoria, ya que no es decisión de la persona comprarlos o no.

SERVICIOS PÚBLICOS Y MENSTRUACIÓN

En Puebla hay un millón 713 mil 331 viviendas particulares habitadas, en donde habitan una o más mujeres, de aquellos hogares, el 40 por ciento no cuenta con agua entubada dentro de la vivienda, mientras que en más de 28 mil viviendas no disponen de sanitario, por lo que se reduce la posibilidad de vivir una menstruación de forma higiénica, segura, saludable y digna, de acuerdo con datos oficiales.

A eso hay que sumarle la desigualdad de género percibida en una brecha salarial y los trabajos domésticos sin remunerar. De acuerdo con el INEGI, en el 2020 existía una población de 15 años y más de tres millones 331 mil 452 mujeres, de ellas, un millón 101,860 se encontraban ocupadas, sin embargo, solo 639 mil 458 de ellas dijo estar asalariada, mientras que de los hombres ocupados (un millón 620 mil 844) más de 966 mil hombres dijo recibir remuneración.

Asimismo, de las mujeres ocupadas, el 39 por ciento de ellas (432 mil 881) percibe un salario mínimo, siendo este el mayor ingreso que reciben las mujeres censadas, mientras que el salario que mayor perciben los hombres (580,469) es de hasta dos salarios mínimos. Pese a esto, las personas menstruantes se ven obligadas a pagar un impuesto de 16 por ciento más, cuando son las que menos ingresos económicos reciben.

Como consecuencia, las vidas de las mujeres, niñas y personas menstruantes se ven afectadas en diversas esferas, como educación, salud y economía. El no tener acceso a toallas sanitarias y otros insumos de higiene menstrual o los mismos no son asequibles, cuando no hay baños seguros con agua limpia o cuando hay prácticas que dificultan mantener una adecuada higiene menstrual.

La familia Guerra, integrada por tres mujeres, quienes por motivos personales prefirieron no revelar sus nombres, platicaron para esta casa editorial cómo viven el periodo de menstruación, al referir que la jefa de familia, dedicada a la industria textil, percibe más de un salario mínimo, por lo que limita la adquisición de productos de higiene menstrual.

Refirió que antes de comenzar a laborar y por ende no tener suficientes recursos económicos, optaban por usar ropa vieja o retazos de tela como una especie de toalla sanitaria, sin embargo, aunque sus hijas ya se habían acostumbrado, optaron por comprar productos de marca libre, para darles un poco de comodidad, pero con la posibilidad de seguir ahorrando.

Aunque desconocen sobre la Ley de Menstruación Digna, la jefa de la casa aplaude la iniciativa presentada en San Lázaro, pues señala que si se distribuyen los productos de higiene le quitarían un “peso de encima”, pues el poco dinero que destinan a los productos básicos lo podrían destinar a otros gastos, además de que sus hijas estarían “más limpias y cómodas”.

Del otro lado está Regina González, estudiante a nivel superior, pese a que no está económicamente activa, sus padres perciben más de dos salarios mínimos, acción que le da oportunidad de vivir un ciclo menstrual digno, pues además de contar con servicios de salud, también puede adquirir tallas desechables.

Pese a que su familia la cobija económicamente, señala que es importante que estos productos sean distribuidos de manera gratuita en los centros de salud, así como planteles escolares, así como eliminar el tabú y los estigmas sobre el periodo.

De acuerdo con Unicef, el omitir la promoción de higiene menstrual y brindar poco apoyo para el manejo de la menstruación propicia que más mujeres y niñas se queden en casa en vez de ir a la escuela, enfrenten situaciones que generan incomodidad, estrés y ansiedad, impidiendo que desarrollen su máximo potencial.

LEY DE MENSTRUACIÓN DIGNA

El grupo Menstruación Digna, formado por diversas organizaciones feministas y de la sociedad civil, propusieron el pasado mes de septiembre eliminar el 16 por ciento del IVA a los productos de gestión menstrual, pero la Cámara decidió echarlo para atrás. Por lo que la nueva reforma que se presentó fue la distribución gratuita de dichos productos en las escuelas públicas de educación básica y media superior del país, empanzado en comunidades indígenas y zonas de alta vulnerabilidad.

La propuesta fue aprobada por el Pleno de la Cámara de Diputados; el dictamen modificará el artículo 114 de la ley educativa, con una reforma a la fracción XVI y la adición de la fracción XVII, en materia de salud y gestión menstrual. Falta que la iniciativa se apruebe en el Senado para que entre en vigor.

En entrevista para este medio, la activista política, Yndira Sandoval calificó como un avance la presentación de esta ley, sin embargo, también señaló que falta incluir otro tipo de productos que también forman parte de la higiene durante la menstruación.

“Es un avance que no se agraven este tipo de cosas y se les aumente el impuesto a productos para la menstruación, porque prácticamente nosotras pagamos impuestos por menstruar, por ser mujeres. Si esto no se traduce en políticas públicas que hablen sobre salud sexual y reproductiva, no tiene caso”.

Mientras que el economista, Alfredo García comentó que, aunque el IVA en los productos categorizados para mujeres representa un ingreso importante para las empresas y por ende también para la economía nacional, señala que éste se da en un tema de desigualdad salarial entre hombres y mujeres a nivel nacional, sin embargo, sostiene que el “impuesto rosa” ha estado vigente desde tiempo atrás, lo que ve con poca probabilidad su erradicación.

Cabe mencionar que no existen datos relacionados con la menstruación en el país.

MANUAL UNICEF

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) publicó en septiembre del año pasado, un manual sobre salud e higiene menstrual para madres y padres de familia, maestras y maestros, promotores de salud y otras autoridades, para romper el tabú sobre el ciclo menstrual. La guía tiene como propósito orientar a dichos actores para mejorar su conocimiento sobre el manejo de la higiene menstrual y los elementos necesarios de infraestructura y servicios.

El Manual puede adaptarse a las escuelas de diferentes entornos (urbano y rural) y de distintos niveles educativos (primaria y secundaria); éste se encuentra disponible en la página de la Organización.

Imagina que te contratan bajo un salario mínimo, te imponen trabajar durante nueve meses sin gastar en salud, transporte, comida, vivienda, vestido y otros productos de primera necesidad para ahorrar el ingreso total de ese periodo (39,534 pesos) y destinarlo de manera obligatoria en toallas sanitarias para tu vida reproductiva. Esta es la realidad que viven las personas menstruantes al destinar un aproximado de 39 mil pesos en productos de higiene básica.

Lo que para algunas personas puede ser la inversión para un automóvil, educación para sus hijos, emprender un negocio o quizá simplemente la oportunidad de pagarse un viaje, para las personas gestantes desde los 12 años (edad aproximada en que se da la menarca) hasta los 45 años de edad, aproximadamente, esa cantidad representa el aproximado de gastos para comprar toallas para el día, noche, pantiprotectores diarios y tampones.

En Puebla, actualmente un paquete de toallas desechables tiene un rango de precios que oscila entre los 20.00 y los 80.00 pesos, por lo que una persona menstruante gastará aproximadamente 39 mil 265 pesos en 33 años (tiempo estimado del periodo), sin contar la higiene que se necesita para atravesar el ciclo, es decir, medicamente, visitas al ginecólogo, entre otros; este gasto es básico y de manera obligatoria, ya que no es decisión de la persona comprarlos o no.

SERVICIOS PÚBLICOS Y MENSTRUACIÓN

En Puebla hay un millón 713 mil 331 viviendas particulares habitadas, en donde habitan una o más mujeres, de aquellos hogares, el 40 por ciento no cuenta con agua entubada dentro de la vivienda, mientras que en más de 28 mil viviendas no disponen de sanitario, por lo que se reduce la posibilidad de vivir una menstruación de forma higiénica, segura, saludable y digna, de acuerdo con datos oficiales.

A eso hay que sumarle la desigualdad de género percibida en una brecha salarial y los trabajos domésticos sin remunerar. De acuerdo con el INEGI, en el 2020 existía una población de 15 años y más de tres millones 331 mil 452 mujeres, de ellas, un millón 101,860 se encontraban ocupadas, sin embargo, solo 639 mil 458 de ellas dijo estar asalariada, mientras que de los hombres ocupados (un millón 620 mil 844) más de 966 mil hombres dijo recibir remuneración.

Asimismo, de las mujeres ocupadas, el 39 por ciento de ellas (432 mil 881) percibe un salario mínimo, siendo este el mayor ingreso que reciben las mujeres censadas, mientras que el salario que mayor perciben los hombres (580,469) es de hasta dos salarios mínimos. Pese a esto, las personas menstruantes se ven obligadas a pagar un impuesto de 16 por ciento más, cuando son las que menos ingresos económicos reciben.

Como consecuencia, las vidas de las mujeres, niñas y personas menstruantes se ven afectadas en diversas esferas, como educación, salud y economía. El no tener acceso a toallas sanitarias y otros insumos de higiene menstrual o los mismos no son asequibles, cuando no hay baños seguros con agua limpia o cuando hay prácticas que dificultan mantener una adecuada higiene menstrual.

La familia Guerra, integrada por tres mujeres, quienes por motivos personales prefirieron no revelar sus nombres, platicaron para esta casa editorial cómo viven el periodo de menstruación, al referir que la jefa de familia, dedicada a la industria textil, percibe más de un salario mínimo, por lo que limita la adquisición de productos de higiene menstrual.

Refirió que antes de comenzar a laborar y por ende no tener suficientes recursos económicos, optaban por usar ropa vieja o retazos de tela como una especie de toalla sanitaria, sin embargo, aunque sus hijas ya se habían acostumbrado, optaron por comprar productos de marca libre, para darles un poco de comodidad, pero con la posibilidad de seguir ahorrando.

Aunque desconocen sobre la Ley de Menstruación Digna, la jefa de la casa aplaude la iniciativa presentada en San Lázaro, pues señala que si se distribuyen los productos de higiene le quitarían un “peso de encima”, pues el poco dinero que destinan a los productos básicos lo podrían destinar a otros gastos, además de que sus hijas estarían “más limpias y cómodas”.

Del otro lado está Regina González, estudiante a nivel superior, pese a que no está económicamente activa, sus padres perciben más de dos salarios mínimos, acción que le da oportunidad de vivir un ciclo menstrual digno, pues además de contar con servicios de salud, también puede adquirir tallas desechables.

Pese a que su familia la cobija económicamente, señala que es importante que estos productos sean distribuidos de manera gratuita en los centros de salud, así como planteles escolares, así como eliminar el tabú y los estigmas sobre el periodo.

De acuerdo con Unicef, el omitir la promoción de higiene menstrual y brindar poco apoyo para el manejo de la menstruación propicia que más mujeres y niñas se queden en casa en vez de ir a la escuela, enfrenten situaciones que generan incomodidad, estrés y ansiedad, impidiendo que desarrollen su máximo potencial.

LEY DE MENSTRUACIÓN DIGNA

El grupo Menstruación Digna, formado por diversas organizaciones feministas y de la sociedad civil, propusieron el pasado mes de septiembre eliminar el 16 por ciento del IVA a los productos de gestión menstrual, pero la Cámara decidió echarlo para atrás. Por lo que la nueva reforma que se presentó fue la distribución gratuita de dichos productos en las escuelas públicas de educación básica y media superior del país, empanzado en comunidades indígenas y zonas de alta vulnerabilidad.

La propuesta fue aprobada por el Pleno de la Cámara de Diputados; el dictamen modificará el artículo 114 de la ley educativa, con una reforma a la fracción XVI y la adición de la fracción XVII, en materia de salud y gestión menstrual. Falta que la iniciativa se apruebe en el Senado para que entre en vigor.

En entrevista para este medio, la activista política, Yndira Sandoval calificó como un avance la presentación de esta ley, sin embargo, también señaló que falta incluir otro tipo de productos que también forman parte de la higiene durante la menstruación.

“Es un avance que no se agraven este tipo de cosas y se les aumente el impuesto a productos para la menstruación, porque prácticamente nosotras pagamos impuestos por menstruar, por ser mujeres. Si esto no se traduce en políticas públicas que hablen sobre salud sexual y reproductiva, no tiene caso”.

Mientras que el economista, Alfredo García comentó que, aunque el IVA en los productos categorizados para mujeres representa un ingreso importante para las empresas y por ende también para la economía nacional, señala que éste se da en un tema de desigualdad salarial entre hombres y mujeres a nivel nacional, sin embargo, sostiene que el “impuesto rosa” ha estado vigente desde tiempo atrás, lo que ve con poca probabilidad su erradicación.

Cabe mencionar que no existen datos relacionados con la menstruación en el país.

MANUAL UNICEF

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) publicó en septiembre del año pasado, un manual sobre salud e higiene menstrual para madres y padres de familia, maestras y maestros, promotores de salud y otras autoridades, para romper el tabú sobre el ciclo menstrual. La guía tiene como propósito orientar a dichos actores para mejorar su conocimiento sobre el manejo de la higiene menstrual y los elementos necesarios de infraestructura y servicios.

El Manual puede adaptarse a las escuelas de diferentes entornos (urbano y rural) y de distintos niveles educativos (primaria y secundaria); éste se encuentra disponible en la página de la Organización.

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