Es común que alimentos como los embutidos se tengan que conservar dentro del refrigerador para cuidar que no se descompongan, pero si este electrodoméstico falla o por error productos como el jamón se quedan a la intemperie corren el riesgo de acelerar este proceso, mismo que suele llegar como una viscosa capa que cubre la rebanada, esto antes de tomar un color verdoso.
Pero debido a que aún no adquiere esta tonalidad suele pensarse con sólo lavar el pedazo que se consumirá para evitar problemas estomacales, pero para corroborar si esto funciona aquí te contamos más acerca de esta baba que cubre al jamón, además de la efectividad de limpiar la rebanada para consumirla después de que esta se presente en estos alimentos.
¿Qué es la baba que aparece en una rebanada de jamón en descomposición?
Lo primero que hay que puntualizar es que de acuerdo con el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD), dicha baba o viscosidad es producida por el crecimiento de bacterias ácido lácticas, principalmente dentro del paquete en el que se encuentra y tienen su origen en el contenido de carbohidratos que se conjuntan con la humedad del producto, incluso dentro del refrigerador.
De acuerdo con el trabajo encabezado por Juan Pedro Camou Arriola, si bien la palabra bacteria suele asustar, las que aparecen en este producto son benignas y en una baja concentración no causan daños al cuerpo e incluso por el contrario son similares a los lactobacilos e incluso se asemejan a las que son utilizadas para fermentar productos como el salami, yogur y quesos.
¿Se recomienda lavar el jamón viscoso para comerlo?
Si bien estas bacterias son seguras para el sistema digestivo e incluso pueden mejorar el sabor, aroma y calidad nutricional de los alimentos, la recomendación de los expertos es no consumir productos en estas condiciones, aún cuando sean lavados, pues se podría generar un crecimiento no controlado que a su vez podría desencadenar a presencia de otras bacterias y microorganismos.
Y es que si bien al enjuagar esta rebanada el agua puede eliminar la baba y el sabor ácido que provoca, cuando el olor y el aspecto descompuesto permanecen es mayor la recomendación de desecharlo, por lo que la manera de conservarlo en óptimas condiciones durante un mayor tiempo es asegurándose de la correcta conservación de la cadena de frío mediante empaques térmicos.
Por su parte, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) recomienda verificar la cantidad de soya y fécula que contiene cada producto, lo cual se puede verificar a partir de la etiqueta además de comprarlo sólo cuando se encuentre en refrigeración; esto considerando que una vez abierto el empaque suele tener una vida útil de entre 3 y 4 días antes de que empiecen a proliferar las bacterias.
Finalmente, existen algunas recomendaciones extra para alargar la vida de estos embutidos, tal es el caso de evitar los cambios de temperatura drásticos, al comprarlo por rebanadas solicitar ver el empaque para cerciorarse que se encuentre limpio y sin partes decoloradas e incluso envolverlo dentro de en papel encerado en lugar de en una bolsa de plástico.