Uno de los padecimientos que más sufren los humanos al llegar a la tercera edad es el Parkinson, el cual deteriora poco a poco su calidad de vida y hasta el momento la detección del mismo suele ser complicada, por lo que una reciente investigación podría mejorar el panorama, favoreciendo la detección de este mal sin la necesidad de sofisticadas pruebas y mediante el uso del olfato.
Y es que de acuerdo con cifras de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), este padecimiento es la condición neurológica de más rápido crecimiento en el mundo, pues tan sólo en 2019 existían más de 8 millones de casos alrededor del globo terráqueo, además de que no existe una cura o una prueba definitiva, por lo que se diagnostica mediante la observación.
¿Cómo surge la detección del Parkinson a través del olfato?
Fue una mujer escocesa de nombre Joy Milne quien descubrió que podría detecta el Parkinson a través de su olfato, por lo que, al tener conocimiento del hecho, un grupo de científicos de la Universidad de Manchester mostraron interés en desarrollar una prueba a partir de la toma de muestras de piel a través de un hisopo sin, la necesidad de rigurosos trabajos.
Cabe señalar que hasta el momento la prueba aún se encuentra en su etapa de estudios en busca de más hallazgos, tras los que se espera que pueda ser utilizada en clínicas o incluso por médicos de cabecera y es que en el caso de la enfermera escocesa que descubrió este método, la detección del padecimiento en su marido se dio más de 12 años antes de un diagnóstico oficial.
De acuerdo con la mujer, su marido comenzó a tener un olor a humedad “bastante desagradable” alrededor de los hombros y la parte posterior del cuello, además de detectar una variación en su piel, por lo que asoció estos olores con la enfermedad, una vez que el mal le fue diagnosticado a su marido, esto tras conocer a otras personas que se encontraban en la misma situación.
¿En qué consiste la prueba de detección de Parkinson a partir de olor?
La prueba de detección de Parkinson creada por estos investigadores consiste una prueba simple de frote de piel, con una precisión del 95% en condiciones de laboratorio mediante el análisis del sebo, sustancia aceitosa que cubre la piel y la cual es tomada con un hisopo de la espalda de los pacientes, pues es una zona que suele lavarse con menos frecuencia.
El análisis de la información se da a través de espectrometría de masas, a través del cual se han comparado a 79 personas que padecen la enfermedad, con un grupo de control de 71 personas que no sufrían el padecimiento, detectando más 4 mil compuestos únicos en las muestras, de los cuales 500 tenían diferencias entre personas con Parkinson y con los que no.
De acuerdo con Perdita Barran, directora de la investigación hasta el momento no existe una prueba química que se pueda utilizar en la detección del Parkinson, por lo que es amplia la lista de personas que se encuentran en espera de una consulta neurológica para determinarlo, por lo que la creación de una prueba de este tipo es calificada como “transformadora”.
Hasta el momento esta prueba sólo ha sido desarrollada en laboratorio de investigación, pero los creadores ya se encuentran en pláticas con laboratorios analíticos de hospitales para que se pueda comenzar con la utilización de estas pruebas, por lo que se estima que en un aproximado de dos años se comience con la examinación de personas, por lo menos en Manchester.
