La actividad sexual es una práctica que lo seres humanos realizan, es considerada una necesidad fisiológica, es decir, es un aspecto básico indispensable en el desarrollo de las personas, tal como lo es alimentarse, dormir o descansar.
A diferencia de otras especies, no solo se realiza para reproducirse, ya que el cuerpo tiene diferentes zonas erógenas que pueden ser estimuladas con la única intención de generar placer. Pese a los estigmas sociales, los especialistas indicaron que es una acción sana y natural, siempre y cuando se ejecute con pleno consentimiento.
Debido a que el sexo produce cierto desgaste físico, hay quien piensa que hacerlo de manera constante es igual a ir al gimnasio y que puede contarse como ejercicio, pues se queman muchas calorías y se pierde peso. Aunque estos argumentos nunca estuvieron comprobados científicamente, hace poco un grupo de expertos abordó el tema.
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¿El sexo no cuenta como ejercicio?
A pesar de los rumores, se encontró que los seres humanos no pueden reemplazar el ejercicio con el sexo, pues durante esta práctica el cuerpo no se somete al proceso necesario para perder peso o eliminar varias calorías, lo que quiere decir que, el agotamiento posterior no es igual al que se genera por salir a correr, levantar pesas o hacer “cardio”.
Así lo explicaron investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quienes revisaron un estudio publicado por Harvard University, ubicada en la ciudad de Cambridge, en Massachusetts, Estados Unidos. Para llegar a esta conclusión hicieron un análisis en el que evaluaron el desempaño de la muestra.
Fue así, que en la evaluación utilizaron a 19 hombres con una edad promedio de 55 años y durante un periodo de pruebas revisaron su reacción cardiovascular ante la actividad sexual. Más de la mitad de ellos estaban casados, mientras que cerca del 70% tenía problemas con el corazón y los vasos sanguíneos, y otro 53% tomada medicamentos para controlar esos inconvenientes.
Los resultados del proyecto
Lo que hicieron fue colocar a los varones en unas máquinas para correr, luego de unos minutos les pidieron qué calificaran su cansancio con un número del 1 al 5; siendo 1 el más tranquilo, y el 5 mayor intensidad, en este caso, la mayoría le dio un 4.6 a su experiencia en la caminadora.
En contraste, a la actividad sexual, en promedio lo sujetos le dieron una ponderación de 2.7, además, su frecuencia cardiaca rara vez superó los 130 latidos por minuto, y se considera que no es un valor elevado.
“Tal parece que los hombres gastan más energía pensando y hablando de sexo que en el acto mismo”, explicaron los integrantes de la investigación. También hicieron esta prueba en mujeres, y los resultados fueron similares.
En total, destacaron que una persona puede quemar hasta cinco calorías por minuto durante el sexo, esto es cuatro veces mayor a lo que ocurre al ver la televisión, pero, es lo mismo que alguien elimina cuando camina por el campo.
En conclusión, la actividad sexual no sustituye al ejercicio, aunque, algunos expertos señalan que estas dos prácticas se complementan, es decir, que luego de ejercitarse la sangre viaja hacia los genitales, lo que producirá una mejor experiencia en la cama.