Cuando se está enfermo, con alguna reacción alérgica o simplemente se siente el estornudo como reacción al medio ambiente muchas veces el ser humano busca bloquearlo por temor a que otras personas lo escuchen o vean, sin embargo, la ciencia podría explicar si esto es malo.
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El estornudo es una reacción normal del cuerpo cuando encuentra agentes que molestan los ductos nasales, por lo que no se puede evitar sin dejar rastro tras su paso, es una forma del cuerpo humano de protegerse.
La ciencia explica si es malo no estornudar
A pesar de ser una reacción involuntaria del cuerpo, estornudar puede resultar incomodo en algunas situaciones por lo que varias personas optan por “aguantar” los estornudos, de acuerdo con información publicada por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) esto podría ser un factor de riesgo.
“Evitar un estornudo puede causar daños como roturas vasculares, sangrado nasal, hemorragias en la conjuntiva ocular o el tímpano, aneurisma, inflamación nasal o timpánica, dolor de oído, mareos, alteraciones auditivas, dolor de cabeza e, infrecuentemente, rotura de costillas o desgarre de garganta”, menciona el informe.
Por lo que se sugiere, en medida de lo posible, llevar a cabo la acción como el cuerpo la pide, en caso de estar en público se puede aplicar la técnica de tapar nariz y boca con el antebrazo, dejando una parte para que el aire expulsado pueda salir. Además, el uso de cubrebocas es indispensable si se tiene conocimiento de estar enfermo para evitar contagios.
¿Por qué el ser humano estornuda?
Estornudar es una respuesta natural del cuerpo ante la irritación de la mucosa nasal, cuando partículas como polvo, polen o incluso olores fuertes entran en contacto con las membranas nasales, el cerebro envía una señal para expulsarlas rápidamente, este reflejo involuntario es una defensa del cuerpo para limpiar las vías respiratorias y proteger los pulmones de posibles agentes irritantes.
Sin embargo, no solo los irritantes físicos pueden desencadenar un estornudo, factores como la luz brillante, cambios bruscos de temperatura o incluso un fuerte impulso emocional pueden activar este mecanismo.
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Esta reacción se debe a la conexión entre los nervios del sistema respiratorio y otros sistemas del cuerpo, como el nervio trigémino, que es responsable de llevar la sensación de irritación al cerebro, provocando el estornudo como una medida preventiva y protectora.