¿Sabías que no todo el estrés es malo? Aunque no lo creas, el estrés bueno o positivo sí existe y en algunas ocasiones es beneficioso para el cuerpo humano, todo va a depender de la manera en que las personas afronten dicho estado mental, además de que, saber distinguirlo, permitirá a las personas reconocer y diferenciar lo que puede ser perjudicial, de lo que puede ayudar a seguir adelante.
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De entrada, es importante saber que el estrés es una respuesta natural del cuerpo a situaciones desafiantes, que no suponen un reto o esfuerzo. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) define al estrés como “el conjunto de reacciones fisiológicas que prepara al organismo para la acción” y entre ellas, se pueden reconocer dos respuestas de tipo: Fisiológicas, que son las caracterizada por una descarga hormonal de adrenalina y dopamina, esteroides y sus derivados y Psicológicas, que hace referencia a sentimos y reaccionamos ante lo que nos acontece.
A pesar de que, usualmente la gente lo asocia con algo negativo, lo cierto es que, desde el punto de vista médico, no todo el estrés es malo, pues cierto grado de este es necesario para nuestra supervivencia.
Y es que, ante una situación demandante, como un examen, o algo que requiere una respuesta rápida, como correr para atrapar el autobús, los procesos fisiológicos que desencadena el estrés nos permiten darle una respuesta adecuada. Aunque es importante aclarar que todo va a depender de la forma en cómo se gestione.
¿Qué es el estrés bueno o positivo y el estrés malo o negativo?
A menudo se habla de "estrés bueno" y "estrés malo", y entender la diferencia entre ellos puede ser clave para manejarlo de manera efectiva.
De entrada, es importante hablar de estrés malo o negativo, también conocido como “distrés”, es aquel que abruma a las personas y las hace sentir ansiosas, agotadas y desesperadas. Este tipo de estrés puede ser el resultado de una sobrecarga de trabajo, problemas personales, falta de sueño y otras situaciones que desgastan física y emocionalmente, el cual puede afectar la salud, la capacidad para tomar decisiones y también la calidad de vida en general.
Por otra parte, el estrés bueno o positivo, también conocido como “eustrés”, es aquel que impulsa a tomar acción y enfrentar un desafío. Por ejemplo, ante un examen o una presentación importante para el trabajo, el eustrés puede ayudar a la concentración y a trabajar duro para que todo salga bien.
Este tipo de estrés tiene como finalidad motivar a las personas a trabajar, y anima a perseguir los objetivos, además de que ayuda a sentir más confianza y capaz de realizar ciertas actividades.
Aquí es importante aclarar que, el estrés negativo también puede ocurrir cuando el eustrés o estrés positivo empieza a ser más de lo que podemos gestionar, u ocurren otras situaciones que se van sumando a la inicial.
¿Cuáles son los beneficios del estrés bueno o positivo?
De acuerdo al sitio web Nascia, una compañía especializada en el sector de la salud y el bienestar, el estrés positivo hace que las personas se sientan más vivas y estén llenas de energía para afrontar la actividad y el desarrollo del día a día, mismo que no afecta a la salud de forma negativa sino todo lo contrario, y entre sus beneficios se encuentran:
- Estimula y ayuda a una resolución directa del problema que se plantee.
- Brinda más energía y vitalidad, que ayuda en el desarrollo de actividades físicas beneficiosas para la salud.
- Ayudar a ser proactivos y productivos ante las tareas y actividades tanto laborales como domésticas.
- Contribuye a ser más creativos en la manera de afrontar esas tareas.
- Proporciona al cuerpo estar alerta para una respuesta más rápida en el entorno laboral o escolar.
- Brinda una estabilidad emocional mucho mejor, ya que positiviza la actitud.
- Ayuda a sentirse mejor con uno mismo
