Con la llegada de la primavera muchas personas aprovechan la temporada de calor para ir a nadar, teniendo como opción principal los balnearios debido a su cercanía y precio, no obstante, estos lugares podrían convertirse en un problema para toda la familia si no se cumplen con las normas de higiene y sanidad.
Son conocidos por tener más de una alberca, en las que muchas familias conviven al mismo tiempo, si los encargados de estos recintos no cuidan las propiedades del agua, se desarrollarán enfermedades en los visitantes con síntomas como diarrea, salpullido en la piel, dolor en los oídos, congestión nasal o molestar intenso en los ojos.
Por ese motivo, los expertos les piden a los turistas que se cuiden durante estos viajes, pues de lo contrario algo grave les sucederá, lo mismo les dicen a los dueños de estos espacios, pues es su responsabilidad asegurarse que todo esté en orden, de esta forma la gente disfrutará su estancia sin tener consecuencias.
¿CUÁLES SON LOS PADECIMIENTOS MÁS COMUNES?
De acuerdo con el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), se demostró que en las piscinas sucias se encuentran diferentes microorganismos que provocan padecimientos en la piel como lo son el esquistosoma aviar o las toxinas de algas.
También se pueden adquirir problemas respiratorios gracias a la legionella, pseudomonas o por algunos producto químicos. De la misma forma se dan enfermedades gastrointestinales agudas que vienen del cryptosporidium, norovirus, escherichia coli o la giardia.
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Estos se crean y propagan debido a una limpieza ineficiente o la temperatura poco controlada de las albercas: “los brotes siempre se deben a deficiencias en el control del sistema: bajo nivel de desinfectante o utilización de uno inadecuado, mantenimiento y limpieza insuficientes, alto nivel de ocupación y averías en los equipos de dosificación”, se explicó en la revista ‘Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica’.
En este sentido, el CDC explicó que otra causa de estas enfermedades surge cuando alguien con diarrea entra en la piscina, pues la gente suele tener 0.14 gramos de heces en su cuerpo, al momento de ir a nadar esta sale involuntariamente del organismo y se distribuye por todo el agua, haciendo que llegue a otros bañistas.
¿QUÉ SE PUEDE HACER?
Lo primero es evitar que alguien con una enfermedad estomacal entre a la alberca, lo siguiente es al nadar, es necesario evitar que el agua entre a la boca, por último, al salir se deberá limpiar y secar los oídos asegurándose de que no quede nada de líquidos.
Los especialistas señalan que es importante cuidar a los niños, adultos mayores y personas embarazadas, pues son el sector más vulnerable ante estas infecciones, lo mismo ocurre para quienes por diferentes motivos no tienen un sistema inmune fuerte:
“Personas que tienen problemas de salud o toman medicamentos que reducen la capacidad del cuerpo para combatir microbios y enfermedades (como las personas cuyo sistema inmunitario está debilitado debido a un cáncer, un trasplante de órgano o el VIH), están en mayor riesgo al presentar enfermedades transmitidas por el agua en lugares de recreación acuática”, expusieron los miembros de la CDC.