Jackson Allard es un joven de 22 años originario de Minnesota, Estados Unidos, con un caso médico que ha llamado la atención después de que recibió un doble trasplante de pulmones, a causa de un problema que se habría complicado por su hábito de fumar vapeador.
Los vapeadores se convirtieron en una opción para los fumadores para tener un mayor consumo en espacios cerrados o con personas que no tienen buenas sensaciones con el humo o el olor del cigarro de tabaco. De igual forma, su cantidad de esencias y presentaciones los hace muy llamativos para públicos más jóvenes.
Hasta ahora, no se conocen datos exactos de sus efectos en el cuerpo humano y sus consecuencias por consumo nocivo, pero casos como el de Jackson ya muestran cierta alerta.
De acuerdo con los médicos del Centro Médico de la Universidad de Minnesota, Jackson llegó al hospital por una molestia en el estómago al presentar un fuerte dolor. Cuando fue revisado por los doctores se percataron de su bajo nivel de oxígeno por lo que fue internado.
Posteriormente, los médicos tras la evaluación notaron que el joven sufría de influenza tipo 4 y de doble neumonía, por lo que su condición empeoraba a un ritmo acelerado al punto que los obligó a colocarlo en soporte vital y trasladarlo de emergencia.
Fue en el mes de octubre en el que ingresó al hospital y por semanas su estado parecía no mejorar, de forma que los médicos aseguraban que solo tenía 1 por ciento de posibilidades de sobrevivir. Incluso, por un momento su corazón dejó de latir, pero logró ser rescatado por los médicos.
No fue hasta el 1 de enero de este 2024 cuando Jackson pudo recibir un doble trasplante de pulmón con el que podría comenzar a recuperarse, aunque no se encuentra totalmente fuera de peligro.
El uso del vapeador y las consecuencias para el joven
Los médicos diagnosticaron a Jackson con parainfluenza, un virus causante de enfermedades respiratorias que puede derivar en neumonía y síndrome de dificultad respiratoria aguda debido a la acumulación de líquido en los pulmones.
Al armar su historia clínica, Doreen Hurlburth, abuela del joven, explicó que Jackson consumía cigarros electrónicos y vapeadores desde los 16 años, y que, en los últimos meses, su consumo era más intenso.
“Tienes que dejar de vapear, y se lo seguíamos diciendo una y otra vez, y él no deja de vapear. Vapeaba todo el tiempo y decía: ‘Es mejor que los cigarros’. Bueno, dijeron, con los cigarros dentro de 50 años tendrás cáncer de pulmón, en 5 años, si vapeas te verán con daño pulmonar permanente”, afirmó la abuela de nombre Doreen.
Aunque no se colocó como la razón principal de la enfermedad, a falta de estudios científicos que los relacionen, si se ha encontrado que el consumo de vapeadores puede hacer más susceptibles a las personas a infecciones en el tracto respiratorio. También, se sabe que puede dañar los vasos sanguíneos y las células que recubren los pulmones.
"El vapeo o el uso de cigarrillos electrónicos es relativamente nuevo, por lo que no necesariamente sabemos muchos de los efectos a largo plazo del vapeo y, sinceramente, esa es una de las cosas más aterradoras", señaló la doctora Stephanie Hanson.
Los compuestos de los cigarros electrónicos también pueden perjudicar la salud de las personas, pero siguen los estudios para conocer los efectos que estos tienen.
“En realidad hay varios que pueden causar daños. Esto incluye la nicotina en sí, pero también la quema de un líquido portador como propilenglicol o glicerol, así como el saborizante que mucha gente añade a su dispositivo de vapeo”, comentó el doctor Brian Keller, director médico del Programa de Trasplante de Pulmón del Hospital General de Massachusetts.
Desde el pasado 5 de enero, Jackson Allard dejó de necesitar soporte vital para estar con vida, pero se mantiene conectado a un ventilador en la unidad de cuidados intensivos. Por ahora ya puede acostarse, levantarse de la cama con ayuda y camina algunos pasos por su cuenta. Los doctores buscan que siga su recuperación, ya que necesita recuperar el habla, aunque ya puede comunicarse con los médicos y enfermeras.
Se estima que su recuperación puede tomar más de seis meses en los que tiene que acudir a constantes chequeos. Después de esta enfermedad no podrá volver a tomar alcohol o fumar o usar el vapeador en lo que reste de su vida, además de que necesitará un nuevo trasplante en el futuro.