En los últimos años se ha visto que algunos alimento y bebidas de tradición milenaria han resurgido, tal es caso de la kombucha, pues se cree que desde hace al menos 2 mil años, las grandes elites chinas la tomaban, luego se movió de Asia y Europa para por fin en algún momento de la historia llegar al continente americano.
Se trata de un té fermentado con sabor peculiar, sin alcohol como otras bebidas de su tipo y con ligeras burbujas que la caracterizan, en cuestión de sabores puede contener solo el gusto del fermento, aunque también se le pueden añadir frutas y especias o generar combinaciones dependiendo los gustos personales.
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Beneficios de la kombucha
El resultado de esta fermentación puede es un liquido que contiene vitaminas B1, B2, B3, B6, B9, B12, C, D, E y K, además de tener enzimas, ácidos orgánicos, minerales y probióticos, razones que la hacen una bebida muy completa.
Al contener un gran número de vitaminas y probióticos, ayuda en el tratamiento del sistema gastro intestinal como prevenir el estreñimiento, así como ayuda a la digestión, la absorción de nutrientes y contribuye a la desintoxicación del organismo.
Aunque no todo es miel sobre hojuelas, pues según informa la Clínica Mayo, puede provocar malestar estomacal, infecciones y reacciones alérgicas en algunas personas, por lo que no se recomienda que mujeres embarazadas, en periodo de lactancia o si se encuentran con el sistema inmunológico débil no la consuman.
¿Cómo se prepara la kombucha?
Aunque cada vez es más común encontrar esta bebida en supermercados, restaurantes o negocios locales, realizarla en casa resulta una tarea fácil e ideal para obtener el sabor deseado para nuestro paladar. Para la preparación solo se necesita agua, té, azúcar y el ingrediente clave, SCOBY, un cultivo de bacterias de levadura que se puede conseguir por internet o en tiendas naturistas.
Lo primero que se debe hacer es poner a hervir agua para infusionar té negro o verde durante un lapso de 7 a 10 minutos, aquí se agrega azúcar y un poco de agua templada. Esta infusión se agrega a un frasco de vidrio esterilizado, tiene que ser obligatoriamente de vidrio.
Una vez el liquido vertido se añade el ingrediente especial, el SCOBY y se cierra procurando dejar al menos 5 centímetros entre el líquido y la tapa para permitirle al aire circular. Ya sellado se deja fermentar a temperatura ambiente lejos de la luz solar y el calor de 6 a 9 días.
Pasado este tiempo se filtra y se reserva el líquido en recipientes de vidrio para una segunda fermentación, es aquí el momento adecuado para añadir sabor, en esta segunda etapa se puede dejar de 3 a 10 días, probando hasta conseguir el sabor deseado de la kombucha.