Todos tenemos la creencia de que una vez que nos dio la varicela no volveremos a padecer esta enfermedad, pero esto no es así, pues al llegar a la tercera edad se puede dar la aparición del herpes zóster.
Esta es una infección viral que causa una erupción dolorosa, que pese que se puede manifestar en cualquier parte del cuerpo, suele presentarse como una sola franja de ampollas que envuelve el lado izquierdo o derecho del torso.
Es provocado por el virus varicela-zóster, el mismo virus que causa la varicela tradicional y es que de acuerdo con los especialistas, tras haber tenido varicela el virus inactivo se aloja en el tejido nervioso cerca de la médula espinal y el cerebro, por lo que años más tarde puede reactivarse como herpes zóster.
Cabe señalar que, aunque este padecimiento no pone en riesgo la vida, puede ser muy dolorosa, por lo que la aplicación de vacunas puede ayudar a reducir el riesgo de padecerlo, por otra parte, un tratamiento temprano también puede ayudar a acortar la infección e incluso disminuir la probabilidad de complicaciones.
Una de estos efectos secundarios de la enfermedad puede ser la neuralgia posherpética, la cual provoca que el herpes zóster duela aún mucho tiempo después de la desaparición de las ampollas.
¿CUÁLES SON LOS SÍNTOMAS DEL HERPES ZÓSTER?
Una de las señales de que se trata de herpes zóster es que los malestares afectan una pequeña sección en un solo lado del cuerpo.
Estos malestares pueden ser dolor, ardor, entumecimiento u hormigueo, sensibilidad al tacto, sarpullido rojo en zonas donde antes dolía, ampollas llenas de líquido que se abren y forman costras y picazón.
Existen algunos síntomas que no todos los enfermos presentan, dentro de los que se encuentran fiebre. dolor de cabeza, sensibilidad a la luz y fatiga.
Es importante señalar que el dolor suele ser el primer síntoma, mismo que para algunas personas puede ser intenso, por lo que dependiendo de la zona donde se presente puede confundirse con un síntoma de problemas que afectan al corazón, los pulmones o los riñones y es que incluso algunos experimentan dolor, pero sin desarrollar la erupción.
Aunque hasta el momento no se ha determinado una causa en específico, algunos médicos afirman que su desarrollo puede deberse a una menor inmunidad a las infecciones a medida que el ser humano envejece.
Cabe destacar que al igual que la varicela, una persona con herpes zóster puede transmitir el virus varicela zóster a cualquier persona que no sea inmune a la varicela, sobre todo si se tiene contacto directo con las llagas abiertas del sarpullid, aunque tras tener contacto la persona tendrá varicela, pero no herpes zóster.
¿QUÉ FACTORES AUMENTAN EL RIESGO DE MANTENER HERPES ZÓSTER?
Existe una serie de condiciones que hace a la gente más propensa a padecer esta enfermedad, dentro de los que se encuentran tener más de 50 años, padecer enfermedades que debilitan tu sistema inmunitario e incluso someterse a tratamientos oncológicos.
Otros pacientes propensos son aquellos que se encuentran consumiendo medicamentos diseñados para prevenir el rechazo de órganos trasplantados.
Cabe añadir que es posible prevenir el herpes zóster mediante la aplicación de la vacuna correspondiente, la cual fue aprobada en Estados Unidos por la FDA en 2017 y la cual se administra en dos dosis, con 2 a 6 meses entre cada dosis.
¿CÓMO SE PUEDE TRATAR EL HERPES ZÓSTER?
Por otra parte, pese a que esta enfermedad no tiene cura, mediante la toma oportuna de antivirales como el aciclovir, famciclovir y valaciclovir, se puede acelerar la recuperación y reducir el riesgo de complicaciones.
Así mismo para la reducción del dolor algunos médicos también suelen recetar un parche de capsaicina tópica, anticonvulsivos, como la gabapentina, antidepresivos tricíclicos, como la amitriptilina, agentes entumecedores, como la lidocaína, medicamentos que contienen narcóticos e incluso corticosteroides o anestésico local.
Finalmente, los efectos del herpes zóster suelen durar entre dos y seis semanas, además de que la mayoría de las personas suelen contraerlo solo una vez, pero es posible padecerlo dos veces o más.