Un conjunto especial de moléculas que actúan sobre el cromosoma X adicional presente en las mujeres sería la clave para entender por qué las enfermedades autoinmunes suelen atacarlas más a ellas que a los hombres.
Por medio de un estudio realizado por científicos de la Universidad de Stanford, Estados Unidos, liderados por el doctor Howard Chang, buscaron una explicación a porque estás enfermedades donde el sistema inmunológico se encuentra fuera de control y ataca al propio cuerpo se dan más en las mujeres.
Al respecto, se estima que cuatro de cada cinco pacientes con enfermedades autoinmunes son del sexo femenino, por ejemplo, en enfermedades como el Lupus la proporción de los pacientes es de nueve mujeres por un hombre, mientras que en la enfermedad de Sjörgen es de 19 mujeres por un hombre.
La clave se encontraría en cómo el cuerpo maneja el cromosoma X que se encuentra adicional en las mujeres, ya que las mujeres tienen dos cromosomas X y los hombres tienen uno X y uno Y.
El cromosoma X se encuentra repleto de cientos de genes, más que el Y, que al activarse producen proteínas para trabajar dentro de las células. Mientras que, cada célula femenina debe de desactivar una de las copias del cromosoma X para no recibir una doble dosis tóxica de todos los genes.
Esta inactivación se logra por un tipo especia de ARN (ácido ribonucleico) conocido como Xist, el cual se estaciona en puntos a lo largo del cromosoma X adicional de una célula, y se encarga de atraer proteínas que se unen a él en extraños grupos como de silenciar el cromosoma.
Muchas de estas proteínas adheridas se encontraban relacionadas a las enfermedades autoinmunes de la piel, por lo que llegaban a tener anticuerpos que se encargan de atacar a proteínas normales por error.
Otra forma de entenderlo es que, si un gen del segundo cromosoma X se escapa del control de Xist, termina por producirse un exceso de suministro de proteínas, algunas de ellas muy tóxicas.
Aunque esto podría verse como que todas las mujeres entonces se encuentran expuestas a sufrir de una enfermedad autoinmune, los científicos sostienen que esto sigue como una combinación de un desencadenante ambiental, como una posible infección, junto a la susceptibilidad genética de las personas para detonar algo.
“Creemos que eso es realmente importante, que el ARN Xist se escape de la célula hasta donde el sistema inmunológico pueda verlo. Aún se necesita este desencadenante ambiental para que todo se pusiera en marcha”, comentó el doctor Howard Chang.
¿Cómo se encontraron los resultados de las enfermedades autoinmunes?
Para encontrar los resultados de su investigación, el equipo utilizó ratones de laboratorio machos para producir Xist de manera artificial sin que silenciaran su único cromosoma X con la intención de observar qué ocurría.
De igual forma, se crearon ratones especialmente susceptibles a una afección similar al Lupus que puede desarrollarse por medio de un componente químico.
En el caso de los ratones que produjeron Xist formaron grupo de proteínas característicos y al activarse, comenzaron a desarrollar autoinmunidad similar a la del Lupus en niveles similares a los de las hembras.
Junto a esto, se examinaron muestras de sangre de 100 pacientes y se encontraron autoanticuerpos dirigidos a proteínas asociados a Xist que no se habían relacionado previamente a las enfermedades autoinmunes.
Los científicos a cargo de la investigación señalaron que el siguiente paso podría ser descubrir si es posible interrumpir el proceso ocurrido en las moléculas que da paso a las enfermedades autoinmunes, algo que podría llevar a nuevos tratamientos que ya no debiliten todo el sistema inmunológico como los que actualmente se usan.