Cuando las personas comienzan un plan para bajar de peso y por fin han logrado perder unos kilos de más, es posible que se hayan encontrado con un obstáculo: la meseta de adelgazamiento, y si no sabes de qué se trata, en este artículo te explicamos qué es y cómo se puede superar.
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Y es que, cuando alguien se propone una meta, en este caso la de adelgazar, y se esfuerza mucho por seguir una alimentación saludable y mejorar sus hábitos de ejercicio, la recompensa está en ver cómo poco a poco se pierde peso y se siente mejor. Sin embargo, llega un momento en el que la balanza deja de moverse y ahí es cuando viene la preocupación.
¿Qué es la meseta de adelgazamiento?
La meseta de adelgazamiento se trata de un fenómeno en el que el peso no logra variar, es decir, ni sube ni baja. De acuerdo con la Clínica Mayo, es un estancamiento durante la pérdida de peso que se produce cuando este no varía.
Y es que, la mayoría de las personas que la han padecido, se sorprenden cuando esto les sucede, ya que siguen llevando una alimentación saludable y siguen ejercitándose con regularidad, algo que se puede convertir en frustrante, sobre todo cuando los esfuerzos se están haciendo de acuerdo a lo planificado.
Es importante mencionar que, el periodo en el que se puede presentar esta meseta de adelgazamiento, usualmente ocurre después de seis meses de pérdida continua de peso, aunque esta puede variar según las circunstancias de cada persona.
¿Cuáles son las causas de la meseta de adelgazamiento?
Existen una serie de diferentes razones por las cuales las personas entran en la meseta de adelgazamiento, según el sitio XLS Medical, una de ellas es que sea posible que el cuerpo esté quemando menos calorías que cuando se pesaba más, ya que se habrá perdido grasa y algo de músculo, lo que significa que el metabolismo es más lento.
En el caso de que, mientras se pierde peso, no se hace algún entrenamiento de fuerza, es posible que la persona haya perdido más músculo de lo que esperaba, por lo que necesitará menos calorías o más actividad, incluso ambas, para continuar con el descenso de kilos.
Otra de las causas que también pueden ocasionar la meseta de adelgazamiento, puede ser que el cuerpo ya haya liberado todas sus reservas de glucógeno, un tipo de carbohidrato que está en los músculos y en el hígado, y que se compone de agua; por lo tanto, según la Clínica Mayo, cuando se quema el glucógeno para obtener energía, este libera agua y da como resultado una pérdida de peso principalmente por pérdida de agua. Pero este efecto es temporal.
Finalmente, si las personas han estado haciendo dietas de choque o perdiendo peso demasiado rápido, es posible que su metabolismo se haya vuelto significativamente más lento, en este sentido, el cuerpo se está defendiendo contra dicha pérdida de peso tan brusca.
¿Cómo superar la meseta de adelgazamiento?
Cuando las personas se encuentran en el proceso de la meseta de adelgazamiento, es importante que no se desmoronen, en caso de que quieran seguir bajando más. En este punto, es importante preguntarse si se está satisfecho con el peso actual o sí se desea adelgazar más. En caso de ser así, lo único que se tiene que hacer es ajustar el programa para adelgazar.
Si se desea continuar con el programa para perder peso, entonces la Clínica Mayo sugiere considerar estos consejos para poder superar el proceso de estancamiento de peso:
Revisar los registros de alimentos y actividades: Es importante verificar si no se ha relajado con las reglas, como comer porciones más grandes o hacer menos ejercicio, ya que esto puede contribuir al estancamiento.
Reducir un poco más las calorías diarias: Como el plan es continuar con la pérdida de peso, se sugiere que se reduzcan aún más el consumo de las calorías diarias, siempre y cuando no se quede por debajo de las mil 200.
Aumentar el entrenamiento: Se recomiendan al menos 300 minutos a la semana para ayudarle a perder peso o mantenerlo. Agregar ejercicios como el levantamiento de pesas para aumentar la masa muscular ayudará a quemar más calorías.
Cambia tu rutina de ejercicio: Es posible que el cuerpo se haya acostumbrado al tipo, la intensidad o la duración de la actividad física y que ya no se obtengan los mismos resultados. Para evitarlo, es conveniente variar el entrenamiento cada cierto tiempo y probar nuevas modalidades, ejercicios o niveles de dificultad.
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