La hepatitis aguda grave, que afecta principalmente a la infancia, ha encendido nuevamente los focos rojos en la atención a una enfermedad que parecía controlada, pero que, en realidad, no ha tenido programas preventivos adecuados en los últimos años, coincidieron el médico Víctor Manuel Caballero Solano y la gastroenteróloga Margarita Fosado Gayosso.
En el marco del Día Mundial Contra la Hepatitis, conmemorado este 28 de julio, ambos especialistas expusieron que el reto es hallar el origen de la nueva enfermedad, que hasta ahora no tiene relación con ninguno de los cinco virus que producen las ya conocidas, pero, además, redoblar esfuerzos para reducir la prevalencia de las que son de tipo víricas.
Coincidieron en que en México se ha bajado la guardia contra la hepatitis desde hace tiempo, ya que se dejaron de realizar las campañas de vacunación que ayudaban a prevenir esta enfermedad desde la infancia y a ello se suman las deficiencias en la cobertura del cuadro básico de biológicos, debido a la pandemia de la Covid-19.
En Puebla, con corte al pasado 16 de julio, se han registrado 20 casos de hepatitis tipo A y 8 tipo B, que son las monitoreadas por la Dirección de Vigilancia Epidemiológica de la Secretaría de Salud federal, lo que significa un aumento en los diagnósticos, ya que durante el mismo periodo del año pasado sólo se habían detectado 15 y 12, respectivamente.
A nivel nacional, ambos tipos de hepatitis vírica muestran un incremento, ya que, de la tipo A, se han detectado 2 mil 100 casos, lo que significa un aumento del 86.2 por ciento, comparado con julio de 2021, cuando fueron mil 133; mientras que, en la B, los casos pasaron de 226 a 289, es decir incrementaron en un 27.87 por ciento.
¿Qué es la hepatitis?
Es una lesión o inflamación del hígado, que es el órgano responsable de procesar toda sustancia que llega al cuerpo y también produce elementos como el azúcar, proteínas especiales y colesterol, que son elementos fundamentales para la vida, explicó el médico y catedrático de la Facultad de Medicina de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP).
Agregó que esta afectación al hígado puede provocar que disminuya sus funciones y eso da paso a una intoxicación que, cuando se agrava, puede perjudicar a más órganos, motivo por el que uno de los principales síntomas que se presentan tiene que ver con un aspecto amarillo de la piel, que deja ver el mal funcionamiento del hígado para el tratamiento de las sustancias nocivas para el cuerpo.
Caballero señaló que la hepatitis tiende a afectar en mayor medida a los niños porque sus defensas suelen estar más bajas y están más expuestos al consumo de algún alimento contaminado, que es una de las principales causas de la enfermedad, no obstante, es un padecimiento que puede afectar a cualquier grupo de edad.
“Es por eso que el niño o niña debe tener cuidado en lo que come e ingiere, sobre todo en la calle, ya que el virus tiene presencia sobre todo en agua o alimentos, en el caso de los adultos, ellos alcanzan cierta inmunidad si ya les dio hepatitis en la infancia o los vacunaron, pero en este caso no debemos pasar por alto que hay algunos tipos de hepatitis que se adquieren por transmisión sexual, entonces deben tener esa prevención”, dijo.
¿Cuáles son los tipos de hepatitis?
La gastroenteróloga Margarita Fosado señaló que de entre los cinco tipos de hepatitis vírica que existen, los tipo B, C y D son los que preocupan más a las autoridades sanitarias porque pueden convertirse en enfermedades crónicas que terminan por afectar al hígado al grado de que se desarrollan padecimientos como la cirrosis o cáncer.
En el caso de la hepatitis tipo B, explicó que esta enfermedad sigue siendo un problema grave de salud pública, ya que se estima que hasta 400 millones de personas son portadoras del virus causante en el mundo y sigue siendo una de las principales causas de muerte.
Enfatizó que su gravedad se considera no solo por la afección al hígado que provoca, sino por las complicaciones crónicas que puede generar, como son hemorragia por várices o ascitis, que es la acumulación de líquido en el abdomen, y el hecho de que puede adquirirse por vía de transmisión sexual.
Enseguida detalló que la hepatitis tipo C tiene una prevalencia del 1 al 2 por ciento en el mundo, dependiendo del país. Regularmente se transmite vía percutanea, sobre todo entre personas que consumen drogas inyectadas y hasta el 20 por ciento de las personas que llegan a padécela desarrollan cirrosis, por lo que un 10 por ciento de los enfermos muere.
Fosado señaló que hasta hace unos años el tratamiento contra este tipo de hepatitis tenía una eficiencia máxima del 50 por ciento, sin embargo, ahora ha mejorado al grado de alcanzar una efectividad de hasta el 95 por ciento, siempre y cuando la enfermedad sea detectada y tratada a tiempo.
Respecto a la hepatitis tipo D, refirió que el virus que la provoca se encuentra en las personas que son portadoras de la tipo B y puede empeorar el cuadro clínico al grado de convertir el padecimiento en crónico, por lo que resulta indispensable que los pacientes con el virus reciban el tratamiento de forma oportuna.
Resaltó que existen otros factores de riesgo como el hecho de abusar de drogas inyectadas, el exceso de transfusiones de sangre, o bien, puede adquirirse vía transmisión sexual.
La gastroenteróloga indicó que las hepatitis A y E son de tipo agudo y la primera de ellas es la más común en todo el mundo, ya que se presenta sobre todo en los países en vías de desarrollo y afecta en mayor medida a los menores de edad, ambas se presentan con síntomas como fiebre, malestar general, fatiga, dolor abdominal, náuseas, diarrea y un color amarillo en la piel.
La especialista sostuvo que los esfuerzos de la Organización Mundial de la Salud se han centrado en la eliminación de las hepatitis tipo B, C y D porque causan problemas crónicos que pueden durar décadas y representan hasta el 95 por ciento de las defunciones provocadas por la enfermedad en el mundo.
¿Cómo detectar la hepatitis?
Ambos médicos coincidieron en que los síntomas de las hepatitis tienden a ser similares, a pesar de que algunas provocan cuadros clínicos más graves, de tal forma que la población debe estar atenta a signos de alarma como la inflamación del hígado, que puede detectarse durante la valoración médica.
“La enfermedad regularmente inicia con cansancio significativo y un color amarillento en la piel que refleja la inflamación del hígado y las deficiencias que está teniendo el órgano para eliminar la bilis, hay crecimiento del hígado y dolor en la zona, los tipos A y E regularmente se superan, así que el paciente debe recibir tratamiento y estar en reposo para que el hígado se restaure y después de sanar habrá generado cierta inmunidad al virus”, narró Caballero.
Por su parte, Margarita Fosado destacó que actualmente existe un panel viral para detectar qué tipo de hepatitis crónica pudiera estar desarrollando el paciente cuando su cuadro clínico se ha agravado e incluso se dispone de pruebas rápidas para identificar la tipo C.
Ambos especialistas señalaron que es indispensable que el médico que tiene primer contacto con un paciente sospechoso de hepatitis realice los estudios clínicos correspondientes para otorgar el tratamiento más oportuno, según el tipo de virus, ya que de lo contrario la enfermedad deja de afectar sólo al hígado y provoca daños en otros órganos.
Falta mejorar estrategia de prevención
En el marco de la conmemoración de la lucha contra la hepatitis, los galenos expusieron que México tiene el reto de retomar la estrategia de prevención, impulsando campañas para cubrir los cuadros básicos de vacunación en la infancia y de comunicación para difundir la existencia y riesgos de la enfermedad.
“Lamentablemente en el país se ha dejado de aplicar el cuadro básico, hemos dejado de comprar y aplicar vacunas, México tenía uno de los programas más exitosos con una cobertura amplia y permanente en la que el personal de salud acudía casa por casa y a las escuelas a aplicar las vacunas contra aquellas enfermedades que se pueden prevenir, como la hepatitis, la tosferina, el tétanos, el sarampión, pero hoy lamentablemente ya no es así y no puede continuar así”, señaló Víctor Caballero.
Fosado agregó que a la falta de estrategias para acercar las vacunas a los niños menores de cinco años se suma la pandemia de la Covid-19, que provocó que en los últimos dos años los padres de familia dejaran de acudir a los centros de vacunación a requerir los biológicos, por temor a infectarse del SARS-CoV-2.
Finalmente, coincidieron en que en esta fase de la contingencia sanitaria, en la que se está promoviendo una nueva normalidad, es indispensable que el sector salud refuerce las campañas de vacunación para menores, ya que de lo contrario, existe el riesgo de que se vuelva a registrar una alta prevalencia de enfermedades que ya se creían controladas a través de los biológicos.
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