Kaniya Smith es una de los niñas y niños que formó parte de las primeras pruebas de vacunación en los Estados Unidos para los menores de cinco a 11 años. Siendo el siguiente paso en el plan de vacunación, su caso y experiencia busca inspirar a otros para que tomen la decisión de vacunarse.
Originaria de Aurora, Colorado, Smith es uno de los 250 niños que participaron en el verano en las primeras pruebas de vacunación con dosis Pfizer en ese estado. Al salir de manera perfecta, ha lanzado un mensaje a los niños para que busquen la ayuda de sus padres para formar parte de las pruebas y a los adultos que no dejen de pasar la oportunidad de recibir la vacuna contra el coronavirus.
LA HISTORIA DE KANIYA
Como cualquier niño de su edad, Kaniya Smith no vio de buena manera formar parte de estas pruebas por el miedo a las agujas. Su madre, Key Williams, habló con ella para que lo reconsiderara y formara parte de la vacunación. Tras pensarlo, decidió unirse al grupo de 250 niños que fueron vacunados en el Hospital para Niños de Colorado.
“¡Son agujas! No me gustan esas cosas”, señaló Kaniya al escuchar por primera vez de la oportunidad. “Ni siquiera la sientes. Me siento mucho más segura”, relató tras recibir la vacuna.
La primera dosis de Pfizer la recibió a finales de verano, completando su esquema de vacunación recientemente. Como todos los niños de la prueba, vigiló en estos meses sus síntomas o si presentaba alguna complicación, sin que sucediera nada. Al ser pruebas, algunos de los niños recibieron placebos, pero las autoridades posteriormente informarán quien recibió ese tipo de dosis.
Aunque su familia espera que haya recibido la dosis real, esto no desmotiva a la pequeña de 10 años, quien dijo sentirse más segura. Por ello, ahora busca motivar a otros a que se unan a la vacunación: “Solo quiero que los niños sepan que deben tener esto lo más pronto que puedan. Ayuda a sus padres y a ellos mismos”.
SU EXPERIENCIA CON EL CORONAVIRUS
Como muchas familias en el mundo, los Williams también sufrieron las consecuencias de la COVID-19. Esto solo fue motivo para que decidieran vacunarse y sentirse mejor protegidos ante la situación. Para la pequeña Kaniya Smith también resultó motivante debido a que, de pronto, la vida que conocía se vio interrumpida, con sus amigos, la escuela y su misma familia.
“Nosotros tuvimos un familiar que murió de Covid, y sabemos lo seria que puede ser la pandemia”, comentó Key Williams, madre de Kaniya. “Así que mi rol como madre es mantenerla a salvo. Ella es lo más importante en el mundo para mí y, cuando la oportunidad llegó, definitivamente decidimos tomarla”.
Su experiencia con la vacuna no tuvo contratiempos al no experimentar ningún síntoma. Ahora, con el ejemplo de su hija, no podría sentirse más orgullosa de que sirva como inspiración para otros que siguen desconfiando en la medicina y en las dosis para combatir la enfermedad.
“Estoy muy orgullosa. Realmente creo que estamos dejando nuestra marca en la historia. Ella dejó su marca”, comentó la señora Williams. “Ella mostró el ejemplo a otros niños afuera, para que sepan que hey, todo está bien, no es tan tenebroso como piensas. Lo puedes hacer”.
¿CÓMO FUERON LAS PRUEBAS CON NIÑOS?
Después de poner la vacuna al alcance de la mayoría de la población, el siguiente paso en los Estados Unidos como para las compañías farmacéuticas fue realizar las pruebas en niños. Pese a que no se consideraban un grupo vulnerable, las nuevas variantes de la enfermedad comenzaron a atacarlos y no se tenía certeza de cómo la medicina funcionaría en ellos.
Pfizer comenzó con sus pruebas en grupos controlados, utilizando dosis menores a las de los adultos. Los niños de cinco a 11 años recibieron dosis de 10 microgramos, cuando los adultos reciben dosis de 30 microgramos. Al igual que los adultos, son dos dosis las necesarias para obtener el cuadro de vacunación completo.
Dentro de sus pruebas, encontraron que el periodo de tiempo en ellos entre cada dosis debe de ser de 21 días. De los 2,268 primeros niños que se sometieron a las pruebas, se descubrió que ellos generaron respuesta inmunológica y que algunos tuvieron los mismos efectos secundarios que los jóvenes de 16 a 25 años.
Tras sus pruebas, Pfizer confirmó el pasado 20 de septiembre que su vacuna contra la COVID-19 era segura y efectiva en niños de cinco a 11 años. Estados Unidos podría ser el primero en tener dosis especificas para niños para el mes de octubre o noviembre.