Desde el mes pasado el señor, Nahúm Landero Zamudio, de 77 años de edad, quien padece de Parkinson y un mal de próstata, ha esperado a que le suministren su medicamento en la clínica 57 del IMSS ubicada en la zona de la Margarita ya que no lo hay, pues los trabajadores le han dicho que el consultorio no cuenta con el dinero para comprar el fármaco.
En una entrevista con El Sol de Puebla comentó que "en el mes de enero después de tantas vueltas me dieron un medicamento y eso fue a final de mes cuando ya se me acercaba la otra consulta, y me dicen que el medicamento ya no lo tienen y que no hay presupuesto para comprarlo".
Las medicinas que él requiere son: Pramipexol y Finasterida que son tabletas diarias, teme por su salud ya que se le está complicando su enfermedad, está indeciso sobre si continúa esperando o no ya que solo evaden su problema.
Tiene recetas y el carnet de la última y próxima cita, que sirven como evidencia para demostrar que ha estado al tanto de que no avance su enfermedad, y con dichas pruebas acudió a la entrevista, con esfuerzo ya que al señor le es difícil caminar.
Landero Zamudio acusó que sólo ha obtenido que le den consultas próximas en las cuales solo le dicen lo mismo y lo hacen ir a diferentes clínicas.
Mencionó que tampoco existe un buen trato por parte de los trabajadores del IMSS.
En el seguro ha acudido a farmacia, dirección, administración, pero solo unos a otros se echan la culpa, pero no existe una solución concreta ya que la respuesta que ha obtenido es que no se cuenta con la medicina.
Nahúm busca que le den la atención ya que no cuenta con otro recurso para ayudarse y solo es pensionado, pide que las consultas sean continuas y no lo hagan esperar con sus medicamentos; entiende que son medicinas controladas por la fuerte demanda que tienen, pero sí pide un esfuerzo por parte de la clínica para atender su problema.
Para finalizar hizo el comentario de que es un problema del IMSS ya que es su deber otorgar los servicios junto con los medicamentos y que al contrario solo lo han llenado de prejuicios y miedo porque no les han puesto la atención debida a los pacientes que tienen Parkinson o están mal de su próstata.
Y que en lugar de darles el servicio que buscan "solo nos tratan como si estuviéramos apestados", añadió.
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