Una de las funciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es vigilar el consumo de sustancias que de un momento a otro cobran popularidad, esto con la intención de prevenir daños a la salud, tal y como sucedió recientemente con el edulcorante aspartamo, el cual suele estar presente en refrescos bajos en calorías, algunas golosinas y hasta en algunos medicamentos.
De acuerdo con la institución esta sustancia fue calificada como “posiblemente cancerígena” para el organismo humano, esto luego de una serie de trabajos encabezados por el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC), tras lo que determinó colocarlo en un nivel 2B, considerado como el penúltimo escalón de su pirámide de peligros, pero, ¿qué descubrieron?
¿Qué es el edulcorante aspartamo?
El aspartamo es una sustancia que suele ser hasta 200 veces más dulce que el azúcar, por lo que es utilizado como endulzante de mesa, además de para edulcorar bebidas refrescantes bajas en calorías, chicles, gelatinas, cereales, yogures, helados, pasta de dientes y fármacos; se presenta en forma de polvo granulado de color blanco y es obtenido mediante elaboración química.
El origen de este polvo blanco, cristalino, sin olor, que se deriva de dos aminoácidos que son el ácido aspártico y la fenilalanina se remonta a 1965, cuando fue descubierto por James M. Schlatter mientras se encontraba trabajando sobre una droga contra las úlceras y derramó por accidente algo de aspartamo sobre su mano y al lamer su dedo se dio cuenta de que tenía un sabor dulce.
¿Cuál es el riesgo en el consumo del edulcorante aspartamo?
De acuerdo a lo investigado hasta ahora, la evidencia es muy limitada, pues la seguridad no es preocupante en las dosis que es utilizado habitualmente, pero si se han hallado potenciales efectos dañinos, incluso en los trabajos participó el Comité Mixto FAO/OMS de Expertos en Aditivos Alimentarios (JECFA), cuya función es concretar los riesgos y establecer una dosis de ingesta diaria admisible, misma que sigue tazada en 40 miligramos por kilo.
Por otra parte, puntualizaron que el aspartamo no es el único aditivo alimentario que es analizado por la agencia, pues hasta ahora han estudiado más de 70 de este tipo como la sacarina o el ciclamato, los cuales se encuentran catalogados en el nivel 3, último de la clasificación y de los cuales hasta ahora no hay evidencia de que sean cancerígenos, mientras que el ahora estudiado está en el mismo nivel que el plomo o el escape de un motor de gasolina, aunque no implica que el riesgo sea el mismo.
Hasta ahora los hallazgos corresponden a una asociación entre el consumo de bebidas con endulzantes artificiales y un tipo de cáncer de hígado en tres estudios con grupos de personas de Estados Unidos y Europa, en los que concluyeron que el azar, el sesgo y la confusión no podían descartarse, por lo que calificaron a las pruebas como limitadas y en lugar de calificarlo como una afirmación, prefirieron denominarlo como un llamamiento a la comunidad investigadora.
En resumen, de acuerdo con los involucrados en esta investigación, si bien se levantó una bandera de alerta para vigilar su consumo y reforzar las investigaciones sobre este endulzante, el informe no es un llamado a las empresas para retirar sus productos, ni a los consumidores para dejar de consumirlos por completo, los expertos si aconsejan moderación en su uso y consumo.