En Puebla, un 42 por ciento de la población no duerme las horas que debería, con lo que la entidad se ubica por arriba de la media nacional, que es del 35 por ciento, en cuanto a personas que no están durmiendo adecuadamente. Esto puede provocar otros problemas que van desde la irritabilidad hasta el envejecimiento prematuro, alertó Mercedes Paola Dehesa Isidoro, investigadora de la Facultad de Medicina de la UPAEP.
A propósito del día mundial del sueño, que se conmemora el 18 de marzo, la especialista destacó que la pandemia de la Covid-19 incrementó el número de personas que no completan sus horas de descanso en la entidad, ya que hasta antes de la contingencia sanitaria solo un 40 por ciento de la población presentaba este problema.
Explicó que, según la edad de las personas, se recomienda que el tiempo destinado a dormir sea de entre seis y ocho horas diarias; sin embargo, las modificaciones en la vida laboral, académica e incluso en la interacción social, han motivado que la gente dedique menos horas a dormir o tenga algún trastorno que le impide hacerlo.
Detalló que el insomnio es el más común de los trastornos, ya que se estima que hasta un 80 por ciento de los adultos mayores llegan a padecerlo, seguido de la apnea del sueño, que se caracteriza por alteraciones en la respiración al dormir y finalmente la narcolepsia, que se manifiesta con somnolencia excesiva durante el día.
Incluso, alertó que el insomnio crónico, que es la dificultad para dormir al menos tres veces a la semana durante tres meses, lo padecía un 10 por ciento de mexicanos antes de la pandemia pero ahora ya lo tiene hasta un 25 por ciento de la población.
Dehesa señaló que las mujeres son las más afectadas por trastornos del sueño, debido a aspectos hormonales, aunque por grupo de edad, los adultos mayores son los que más los padecen, debido a los cambios propios que presenta su organismo.
Refirió que los primeros daños a la salud por no dormir bien son la irritabilidad, el enojo o agresividad, sin embargo también hay afectaciones en los niveles de glucosa, presión arterial y en el sistema inmunológico, ya que las defensas del organismo pueden disminuir hasta en un 15 por ciento.
Añadió que a largo plazo se puede padecer envejecimiento prematuro, ya que “hay sustancias, que les llamamos antioxidantes que nuestro propio cuerpo llega a secretar, entonces principalmente en la noche es cuando se reparan más y también nos ayudan a que no se eleven tanto el colesterol y los triglicéridos”.
La especialista señaló que para mejorar la calidad del sueño se debe comenzar por aplicar diversas medidas a la hora de dormir, como el establecer un horario para tal actividad, relajarnos previo a ello y evitar la ingesta excesiva de alimentos o el uso de dispositivos móviles antes de ir a la cama, ya que esto último es de los errores más cometidos por la población.
“Muchos dicen voy a ver la tele hasta que me quede dormido y no es así, (…) el estímulo luminoso viaja en nuestro ojo y llega a la corteza cerebral y está manteniendo una actividad continúa, entonces por eso es que no podemos dormir, lo ideal es dejarlo (el dispositivo), apagarlo, ponerlo muy lejos e intentar hacer respiraciones, hacer otro tipo de actividades que nos relajen y no poner luz extenuante”, concluyó.