“Se siente uno morir, porque no entra aire a los pulmones, sientes que te asfixias. Me despedí de mi familia y les dejé una carta por si algo pasaba e indicaciones por si ya no regresaba”, fue así como la doctora Araceli Mora Blancas, pediatra del Hospital IMSS La Margarita, compartió su experiencia tras vencer a la Covid, luego de permanecer dos meses y medio intubada.
Los médicos reconocieron que el pronóstico estaba en contra por los padecimientos crónicos con los que ingresó, aunado a la inmunosupresión que en ese momento presentaba. Sin embargo, con la ayuda del equipo médico y de enfermería logró salir adelante, por lo que los especialistas consideraron que prácticamente se trató de un milagro médico.
“Dejé de respirar normal por tres días, y cuando llegué al hospital anexo me tomaron mis datos, pasé a la tomografía, el cuerpo médico se percató de que mis pulmones estaban muy dañados. De inmediato me trasladaron al área de terapia intensiva, intentaron una primera etapa que consta de un nebulizador de alto flujo, pero no respondí”, compartió la doctora Mora.
Su estado clínico era tan delicado que esa misma noche tuvieron que intubarla. Ante la gravedad de la enfermedad, la doctora pensó lo peor, se despidió de su familia e incluso les dejó un texto por si las circunstancias no eran favorecedoras.
Los médicos lucharon junto con ella y fue así que, tras su estancia de 10 semanas en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), le retiraron la sedación y la extubaron mediante una traqueotomía. Fue entonces cuando despertó y la trasladaron al área no COVID, donde comenzó su recuperación.
Tras vivir de cerca el dolor de esta enfermedad, la médico agradeció el apoyo de sus colegas que estuvieron al tanto de su evolución en todo momento y quienes se mostraron efusivos de saber que sería dada de alta.
“Están todos los compañeros al pendiente, hombro a hombro en esta emergencia sanitaria, la verdad es que arriesgan su vida por ayudar a los demás”, manifestó la doctora Mora Blancas mientras trataba de contener el llanto.
Ante esta difícil experiencia, la pediatra destacó es necesario que la gente continúe con los cuidados y medidas de higiene, pues la Covid es real, no es un juego, las secuelas son muchas y cobra vidas. “Me encuentro en rehabilitación, voy obteniendo avances en mi movilidad, además de recuperación en una úlcera decúbito como parte de las secuelas del SARS-CoV-2, para mí esta es una segunda oportunidad que me da la vida”, aseveró Mora Blancas.
Por su parte, Rosa Elena Zamudio Jaramillo, Médico Intensivista del Hospital General No.20 “La Margarita” relató que el caso de la doctora Araceli, fue especial, por los padecimientos crónicos con los que ingresó y aunque el pronóstico era reservado, los médicos dieron lo mejor de sí para salvar una vida más en medio de esta contingencia.