Los protocolos de desinfección aplicados en lugares abiertos, cerrados, están disminuyendo o incluso ya no son empleados, familias completas hacen las compras del día, para más tarde convertirse en comensales y abarrotar las mesas dentro de los comedores de mercados, las unidades del transporte público van a su máxima capacidad, ocupando los asientos y de pie en el reducido pasillo, aun así, los poblanos se aferran a subirse y se mantienen al filo del camión.
La sana distancia quedó en el olvido y la única diferencia con las primeras olas de contagio de covid-19 es que actualmente la mayoría de las personas ya no tiene miedo de ser un caso positivo.
Aunque el decreto emitido por el gobierno estatal redujo del 50 al 30 por ciento los aforos máximos permitidos para las actividades económicas y, en el caso de la movilidad, se retomaron los operativos y medidas de prevención en las unidades de transporte público, mismos que deben circular al 50 por ciento de su totalidad, estos lineamientos no son acatados por la sociedad poblana.
Durante un recorrido realizado por El Sol de Puebla se pudo constatar que las y los poblanos han bajado la guardia para enfrentar el aumento de propagación de coronavirus, aunque los anuncios indican respetar la distancia y acatar los protocolos de higiene, en realidad, resulta una mera sugerencia ante la necesidad de regresar a la normalidad antes de la pandemia.
Las aglomeraciones se registran desde las primeras horas del día, pues las paradas de autobuses ya resguardan un importante número de poblanos listos para dar inicio a su jornada laboral. Se abren las puertas de la unidad, por la delantera no es posible ingresar; el transporte va a su máxima capacidad, ocupando los asientos y de pie en el pasillo; los protocolos de higiene y sana distancia no existen. Algunos de ellos se colocan de manera errónea el cubrebocas, sin miedo a ser sancionados.
Es en el mercado 5 de Mayo, ubicado en la avenida 18 poniente y 5 norte donde un sin número de negocios no respeta los protocolos de sanidad, la estructura que desempeñaba el papel de dispensador de gel antibacterial ya no cuenta con el líquido, por lo que de nada sirve su colocación.
A decir de algunos comensales que se encontraban en los pequeños comedores dentro del mercado, el tener alguna dosis del biológico contra coronavirus les da mayor libertad y seguridad para transitar por las calles de la entidad. Además, se observó que son los menores de edad, quienes menos portan el cubrebocas o lo hacen de forma incorrecta, arriesgándose a ser contagiados.
Son las calles de la capital poblana las que no han dejado de sentir el flujo de gente desde agosto del 2020 cuando por primera vez Puebla dejó el color rojo y fue movido a naranja en el semáforo epidemiológico.
Ésta situación no es nueva en la entidad, aunque están prohibidos los tianguis y comercio informal para evitar contagios de coronavirus, los comerciantes han hecho caso omiso a los lineamientos, y destacan por ser uno de los principales focos de infección.
Mientras que el comportamiento de los poblanos también se ha caracterizado por acatar a medias las medidas de sanidad, pues el mandatario poblano, Miguel Barbosa Huerta ha exhortado en más de una ocasión a los ciudadanos a evitar el relajamiento social.
Desde el arranque de la pandemia al corte del 14 de julio, el territorio poblano registró 88 mil 58 contagios acumulados, el 46 por ciento de ellos se dió en mujeres y 54 por ciento en hombres, en lo que respecta a las defunciones, se contabilizaron 12 mil 821 decesos por esta enfermedad.
