La dimetiltriptamina (DMT) o también conocida como “La molécula de Dios”, es una sustancia psicoactiva que puede tener potentes efectos alucinógenos, el cual se encuentra presente en distintas plantas y en ocasiones en el cerebro de los mamíferos.
Este compuesto químico de manera frecuente se utiliza para la realización de rituales místicos y espirituales, práctica que se realiza desde épocas remotas, mientras que, más recientemente, su uso también se ha implementado en la farmacología para tratamientos psiquiátricos.
Su nombre químico completo es N,N-dimetiltriptamina y pertenece a la familia de las triptaminas y está conformada mediante la fórmula C₁₂H₁₆N₂, lo que le da potentes propiedades alucinógenas.
Su consumo suele darse en forma de extracto o mediante un sintético refinado, el cual se presenta en un pequeño sólido de color blanco, mientras que, al ser mezclada con algunas sustancias para comerciarlo de manera ilegal, suele presentar colores distintos.
Comúnmente suele ser consumida mediante ingesta o fumada, ya que mediante la vía oral sus efectos se perciben de manera inmediata, aunque el inhalarla puede evitar posibles reacciones adversas que sí podrían surgir si fuera absorbida por el estómago.
Uno de los elementos en los que se puede encontrar es la psychotria vidris o chacruna, planta que es utilizada en la preparación de la ayahuasca o yagé.
En el caso de los mamíferos, esta sustancia suele ser producida por el propio cerebro, mientras que, en el sentido farmacológico, es considerada un alcaloide con efectos neuromoduladores, por lo que es considerada en ambos casos una sustancia psicoactiva de tipo alucinógeno, de donde surge su seudónimo de “la molécula de Dios”.
¿CÓMO FUNCIONA “LA MOLÉCULA DE DIOS”?
El funcionamiento de la DMT consiste en la inhibición de la enzima monoamino oxidasa (MAO), impidiendo que actúen en el organismo, por ello se inactivan o degradan algunos neurotransmisores como la dopamina, la serotonina, la noradrenalina y la adrenalina.
Es mediante la disminución de la monoamino oxidasa que se impide que los niveles de la DMT disminuyan de manera gradual.
La dimetiltriptamina suele funcionar de la mano de alcaloides de clase beta-carbolina, las cuales se ubican en plantas como la vinca del Cabo, la ballica o césped inglés, o la festuca arundinacea.
Tras mezclar la DMT con los IMAO se pueden potenciar y alargar los efectos, aunque la duración no suele ser mayor a los 30 minutos.
¿QUÉ USOS Y EFECTOS PUEDE TENER LA DMT?
El principal efecto que suele tener este componente son alucinaciones de diversos tipos tanto visuales como auditivas y sensoriales, en las que predomina el contenido místico, mismos que suelen ser conocidos como viajes astrales.
En los efectos negativos, el uso prolongado de la dimetiltriptamina puede inducir episodios maniáticos y psicóticos o similares, además de que desembocar en un síndrome de abstinencia si se retira su consumo de manera repentina.
En cuanto a su producción en el cerebro se refiere, su función aún es considerado como un misterio, aunque algunos especialistas señalan que podría estar implicada en los efectos visuales que desarrollamos cuando soñamos.
Otros señalan que su utilidad podría estar relacionada con las experiencias cercanas a la muerte, de donde también ha surgido el nombre que recibe de “la molécula de Dios”.
Finalmente, sobre su utilización en el ámbito médico, la DMT suele estar relacionada con algunas condiciones médicas neurodegenerativas, por su actividad en el receptor Sigma-1, motivo por el que su uso está relacionado con diagnósticos psiquiátricos como la esquizofrenia y el tratamiento de la depresión, debido al aumento de la conectividad global de algunas zonas del cerebro, además de su efecto potenciador de neurotransmisores como la serotonina.