Dentro de los términos y prácticas en línea que dejó la pandemia se encuentra el doomscrolling, una que muchos realizan sin saberlo y que puede terminar por afectar la salud mental de las personas.
El doomscrolling puede definirse como el desplazarse en línea sin pensar a través de artículos, publicaciones o noticias negativas o deprimentes dentro las redes sociales. La acción se repite al punto que el usuario no sabe cómo terminó en cierto sitio de información con contenido negativo o cómo es que está leyendo los comentarios de alguien que posiblemente no siga ni conozca.
¿CÓMO SURGIÓ EL DOOMSCROLLING?
Sin duda la pandemia significó un escenario completamente diferente y nuevo para las personas que obligó a modificar los hábitos que muchos tenían. El encierro llevó a muchos a estar permanentemente conectados, a no dejar de revisar sus redes sociales o simplemente estar siempre con el dispositivo móvil activo.
Junto a esto, la cantidad de noticias negativas aumentó de forma considerable. Desde el número de casos del virus y las muertes que provocaba, los síntomas, el problema en el mundo con la falta de empleo, los escasos servicios de salud, la injusticia racial en ciertas partes del mundo etc.
De esta forma comenzó el doomscrolling, algo que ya existía en la práctica, pero que no había sido nombrado hasta hace unos años. Los usuarios comenzaron esta tendencia a continuar navegando entre noticias malas o negativas, así como algunas tristes, desalentadoras e incluso deprimentes sin despegarse del móvil.
Esto lleva a los usuarios a perderse entre la información, de forma que olvidan que llegaron a cierta nota o que llegaron a una cuenta en redes sociales que ni siquiera siguen cuando se vuelven consciente de ello.
Es durante los tiempos de descanso durante este fenómeno se hace más presente debido a que son momentos en donde se puede estar deslizando y deslizando entre contenidos sin preocupación. Aunque muchos piensan que el conocer más información sobre un tema podría ser bueno, al final resulta en algo negativo.
“La gente se siente atraída por el doomscrolling porque sienten que tienen la sensación de poder controlar cualquiera de esas malas noticias”, explicó Ken Yeager, psiquiatra del Centro Médico Wexner de la Universidad de Ohio. “Pero, el doomscrolling no crea control y solo te hace sentir miserable”.
POSIBLES PELIGROS DE ESTA PRÁCTICA
Dentro del impacto que puede tener el doomscrolling en las personas es el poder llevar a sensaciones como ansiedad, miedo, paranoia e incluso el hacer pensar a la persona que está más sola al alejarla de la realidad.
Para aquellos que ya tienen ansiedad o algún trastorno relacionado con esta enfermedad, como el trastorno de estrés postraumático, el trastorno obsesivo-compulsivo y el trastorno de ansiedad social lo hace más peligroso.
Puede llegar a afectar la salud mental debido a que no se es consciente de qué tanto afecta la actividad al dejar de vivir en el presente a causa de la preocupación. Mientras se consume información y se sigue con las lecturas es posible que no tome en cuenta cómo esto influye de manera negativa en la psique.
¿CÓMO DEJAR ESTE HÁBITO?
Los especialistas recomiendan que si el consumo de información incrementó se debe plantear la pregunta de ¿cómo se siente después de leer todo esto? Si existe una sensación negativa se debe de dejar de realizar la actividad, si esto no ayuda a cambiar su mentalidad sobre el tema, debe preguntarse también qué tanto ayuda a conocer toda la información que consume, si tiene algún uso o un propósito útil.
Como en otras actividades surgidas del alto consumo de los dispositivos electrónicos, se debe reducir el tiempo que se dedica para navegar en las redes sociales. Esto puede hacer por periodos, solo usar el teléfono por 15 minutos y no volver a usarlo en muchas horas o incluso no hacerlo más durante todo el día.
También, se deben consumir cosas más positivas que negativas, cambiar el flujo de lo que se consume para crear pensamientos que se vuelvan más significativos al crear felicidad. A esto puede ayudar la familia o los seres queridos y cercanos, al buscar actividades que puedan hacerse con ellos o pedir recordar historias de felicidad.
Del lado del consumo de información, se debe cambiar los sitios donde se hacen las búsquedas, en especial algunos que sensacionalistas o buscan crear titulares para sorprender o asustar al usuario. En caso de no crear un sitio que considere seguro, se puede consumir información en otros medios como programas de televisión, radio, podcast o dónde crea que son más confiables.
Aunque parece complicado e incluso imposible, existen formas de crear sensaciones positivas con lo que se consume en línea, así que vigila tu comportamiento en redes sociales la próxima vez que navegues sin parar para evitar el doomscrolling.