Seguro has notado que cuando pones a cocción legumbres como los frijoles y las lentejas se forma una ligera capa de espuma blanca, que, si bien no afecta en su sabor, es mejor prevenir y retirarla antes de consumir los alimentos.
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Además, existe una sencilla y económica forma de prevenir la aparición de este intruso culinario para disfrutar las preparaciones con la confianza que son aptas para el consumo humano y 100% saludables.
¿Qué es la espuma que le sale a los frijoles?
Esta extraña formación es una reacción normal de este tipo de alimentos, pues en la espuma se encuentran presentes proteínas y almidón, esta se forma ya que las legumbres contienen saponinas que al diluirse en agua forman burbujas. Este ultimo se entra en mayor concentración en garbanzos, soja y quinoa.
La capa blanca que se forma los frijoles es similar a la del jabón cuando nos lavamos las manos y tiene relación, pues la saponina es usada como aditamento natural para la elaboración de productos de limpieza, aunque en pocas cantidades.
Si bien en pequeñas cantidades no produce afectaciones en los humanos, la Universidad de Cambridge demostró en un estudio que su consumo elevando provoca que la absorción del hierro se vea afectada.
¿Cómo evitar esa espuma?
Aunque esta espuma no genera daño a quien la consume en pocas cantidades, puede retirarse si se desea. Una vez cocidos con cuidado y con ayuda de una cuchara se puede recoger este residuo, o bien se puede evitar su aparición antes de la cocción para evitar este ultimo paso.
Remojar las legumbres por varias horas o incluso por toda la noche puede prevenir que se genere la capa blanca, además de ayudar a mejorar la digestión pues esta acción elimina el acido fítico y los taninos que son difíciles de digerir para el ser humano, por lo que los expertos recomiendan siempre sumergir en agua previo a su cocimiento.
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La Clínica Mayo sugiere que una vez remojados los frijoles y lentejas se retire el agua en su totalidad, luego lavarlos para que todas las impurezas se vayan junto con el líquido, además de eso se deben enjuagar muy bien y una vez listos esos pasos las leguminosas están listas para iniciar su cocción. Se sugiere que por cada 450 gramos de alimento seco se agreguen 10 tazas de agua purificada.