La mayoría de las personas alguna vez, con mayor o menor frecuencia, se han aguantado las ganas de orinar, ya sea por una situación en la que es imposible acceder a un baño o por estar inmersos en algún compromiso que nos impide acudir en el momento preciso, y solo cuando se está a punto de reventar es como se hace la necesidad, por lo que es importante saber que esta práctica es un mal hábito que puede derivar en graves consecuencias.
Si bien es cierto que hay momentos donde se hace imposible conseguir un sanitario y es necesario contener las ganas, también lo es que muchos suelen verlo como algo inofensivo, pues en muchos casos, por incomodidad, las personas no suelen entrar a cualquier WC y piensan ¿qué tan malo podría ser?
Y es que, según el Australian Government Department of Health detalla que las personas suelen eliminar entre 200 y 500 mililitros de orina cada vez que se visita el baño, por lo que acudir el sanitario puede ocurrir entre cuatro y seis veces al día.
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No obstante, si esta la mala práctica de aguantarse las ganas se convierte en algo habitual, es importante que sepas que puede traer consecuencias graves a la salud y esto es lo que puede suceder en tu cuerpo cuando no acudes a orinar a tiempo.
Estas pueden ser algunas consecuencias de aguantarse para orinar
Aguantarse las ganas de orinar de manera esporádica por una situación particular no tiene ningún efecto negativo, a medio o largo plazo, pero si esto se hace por norma general, a lo largo del día, muchos días consecutivos, sí puede alterar la función de la vejiga.
De acuerdo con información del The Huffington Post, este órgano, en promedio, tiene la capacidad para albergar alrededor de ocho vasos de agua, por lo que después de esa cantidad es necesario liberar espacio a través del pipí.
En este sentido, los especialistas, aseguran que retener la orina por periodos prolongados puede tener diversas consecuencias negativas para la salud, que derivan desde debilitar los músculos de la vejiga y aumentar la frecuencia urinaria, hasta causar dolor o serias infecciones del tracto urinario, y a continuación, te explicamos algunas consecuencias graves que este mal hábito:
Infecciones: El simple acto de orinar implica a varios órganos y a través del pipí el cuerpo elimina una buena parte de las bacterias que se encuentran en la uretra, mismo que contiene esencialmente amoníaco y otras sustancias ácidas. Si estas sustancias de desecho no se logran expulsar a tiempo, podrían terminar con daños en parte del tracto urinario, o bien, aumentar la posibilidad de padecer infecciones como la Cistitis Intersticial, la Pielonefritis o el Reflujo “vesico-uretral”.
Cálculos renales: mejor conocidos como piedras en los riñones, los cálculos son cristales sólidos que se forman en estos órganos por sustancias que se encuentran en la orina, debido a una infección urinaria ocasionada por las ganas de aguantarse del pipí.
Vejiga inflamada: otra de las consecuencias por aguantar las ganas de ir al baño, es que la vejiga se ensanche, ocasionando que deje de funcionar con normalidad, lo que provoca incapacidad para controlar las ganas como antes. En el caso de los hombres con “hiperplasia benigna de próstata”, aguantar la orina mucho los pone en riesgo de sufrir una retención aguda, lo que les puede producir mucho dolor y hasta llegar a requerir atención en urgencias para colocar una sonda vesical.
Ahora que conoces las consecuencias que puede traer el aguantarse las ganas de ir a orinar, recuerda respetar tus necesidades biológicas, como ir al baño cuando el cuerpo te lo pide, además de mantener una buena limpieza íntima y complementar tu cuidado con una hidratación adecuada. Si crees tener algún problema relacionado con hábitos urinarios, no dudes en acudir a un especialista en urología.