El estrés es una de las reacciones del cuerpo que poco nos gusta sentir, pero a la que constantemente estamos sometidos y siempre volteamos al mismo lado para atenderlo a través de diversas terapias, pero poco se pone atención en lo que comemos, pues este también es un factor determinante que puede contribuir a la disminución de este “malestar”.
Este estudio fue presentado por el APC Microbiome Ireland y afirma que existe un tipo de alimentos que, si son consumidos a diario durante por lo menos cuatro semanas, los efectos serán significativos en la reducción de nieles de estrés, un mal que en los últimos años ha sido estudiado frecuentemente debido a que cada vez más personas son propensas a padecerlo.
¿Cuáles son los alimentos recomendados para disminuir el estrés?
De acuerdo con dos datos arrojados por este trabajo, el beneficio se encuentra al consumir alimentos fermentados y ricos en fibra, además de que no sólo podría beneficiar en la atención del estrés, sino que también de otras enfermedades mentales que son comunes, aunque hasta el momento no se conoce a detalle la manera en que la dieta repercute en este rubro.
Aunque algunos lo atribuyen al llamado eje intestino cerebro que contempla al microbioma, vía a través de la cual se permite que el cerebro y el intestino se encuentren en constante comunicación, a través de la cual se llevan a cabo la digestión y el apetito, además de que involucra los centros emocionales y cognitivos del cerebro.
Dentro de los alimentos que ayudaron al manejo del estrés se encontraron frutas y verduras con alto contenido en fibras prebióticas como cebollas, puerros, coles, manzanas, plátanos, avena y cereales las cuales fueron recomendadas en consumos de entre 6 y 8 raciones diarias, así como las legumbres con una frecuencia de entre tres y cuatro porciones a la semana, así como de dos a tres porciones de alimentos fermentados como chucrut, kéfir y kombucha.
¿De qué consta el estudio de la alimentación y el estrés?
Dicha investigación contó con la participación de 45 personas sanas de entre 18 y 59 años, las cuales tenían dietas bajas en fibra, para lo que fueron divididas en dos grupos a través de los que se le asignó al azar una dieta rigurosa que debían seguir durante cuatro semanas que duró el estudio, una de estas mitades tuvo una dieta que aumentaría los alimentos prebióticos y fermentados que comían es decir “psicobiótica”.
Además de esto, dicho grupo recibió una sesión educativa individual don un dietista tanto al principio como a la mitad del estudio, en tanto que los participantes de la dieta de control simplemente recibieron consejos generales basados en la pirámide de la alimentación saludable, teniendo mejores resultados como a través de la dieta psicobiótica.
Finalmente, entre las mejoras que se obtuvieron fue una menor cantidad de estrés, una mejora en la calidad del sueño, además de que la dieta psicobiótica sólo tuvo ligeros cambios en la composición y función de los microbios del intestino, aunque aún falta someter esta prueba a una mayor muestra durante un periodo de tiempo más largo para reforzar los resultados.